Hombro congelado: causas, síntomas, dolor y tratamiento
Si existe una lesión compleja de tratar, ese es el hombro congelado. También conocida como capsulitis adhesiva, esta condición suele aparecer sin previo aviso. Un día tienes un ligero dolor en el hombro y, semanas después, casi no puedes levantar el brazo. Incluso puede interrumpir tu sueño debido al dolor. Mientras que muchas lesiones en hombros, rodillas o caderas tienen un claro desencadenante (por ejemplo, «jugando al pádel sentí un chasquido en la rodilla» o «me caí en la calle y desde entonces me duele el hombro»), el hombro congelado no sigue este patrón.
La capsulitis adhesiva de hombro es un llanero solitario que aparece por sorpresa y no discrimina, aunque tiene una predilección por las mujeres entre los 40 y los 60 años. Además, parece tener una conexión especial con los cambios hormonales. Pero, ¿qué ocurre exactamente? La cápsula que rodea la articulación del hombro, normalmente flexible, comienza a inflamarse y formar tejido cicatricial. Este proceso reduce su espacio y, como un calcetín demasiado ajustado, limita la movilidad.
Lo interesante de esta condición es que no solo provoca dolor y limitación de movimiento, sino que también desconcierta. En un 10-20% de los pacientes con diabetes, por ejemplo, el hombro congelado aparece como una compañía inesperada. Aunque en algunos casos podemos identificar un desencadenante directo, en otros simplemente debemos aceptar que la causa es desconocida. Se la puede denominar como una lesión ideopática, cuyo origen o causa no se conoce con certeza.
Síntomas y Estudio Reciente
Los síntomas del hombro congelado incluyen dolor progresivo, rigidez y dificultad para realizar movimientos simples como elevar el brazo. Estos síntomas son los más comunes entre los pacientes y pueden afectar significativamente su calidad de vida, ya que el dolor y la limitación funcional dificultan las actividades diarias.
Las Tres Fases del Hombro Congelado
El hombro congelado sigue tres fases principales:
- Congelamiento (Fase Inflamatoria): El dolor es el síntoma predominante, y la rigidez comienza a desarrollarse progresivamente. En esta fase, que puede durar entre 6 semanas y 9 meses, el dolor se intensifica, especialmente por la noche.
- Fase Rígida (Estabilización): El dolor disminuye, pero la rigidez se intensifica, limitando aún más la movilidad. Los pacientes experimentan una pérdida significativa de movimiento, especialmente al elevar el brazo. Esta fase suele durar entre 4 y 12 meses.
- Descongelamiento (Recuperación): La movilidad comienza a mejorar lentamente, y el dolor sigue disminuyendo. Este proceso de recuperación puede durar entre 6 meses y 2 años, dependiendo de la gravedad del caso y de la intervención terapéutica.
La Desesperación del Paciente
Lo que muchas veces los pacientes no comprenden al principio es lo frustrante y aislante que puede ser vivir con un hombro congelado. Esta condición no solo genera dolor, sino que también limita las actividades cotidianas, desde levantar el brazo para peinarse hasta dormir en paz por la noche. La sensación de pérdida de control sobre tu propio cuerpo puede llevar a un profundo sentimiento de desesperación. Para muchos, la preocupación de que nunca más puedan recuperar su movilidad es constante.
Sin embargo, es importante recordar que la mayoría de los pacientes que sufren de hombro congelado pueden recuperar su movilidad y calidad de vida con el tiempo y el tratamiento adecuado. Aunque el camino puede ser largo y lleno de incertidumbre, cada pequeño avance cuenta. La paciencia y la perseverancia son claves, y con la guía correcta, el hielo más duro eventualmente comenzará a descongelarse. Con el enfoque adecuado y el apoyo de profesionales, la recuperación es completamente posible.
Tratamiento: Movilidad, Dolor y Fuerza
A pesar de lo doloroso y frustrante que puede ser, el hombro congelado no es un callejón sin salida. El tratamiento se enfoca en tres factores esenciales:
- Movilidad: El objetivo es recuperar el rango articular. Aunque pueda parecer obvio, la movilidad se recupera moviendo el brazo de manera suave y rítmica. El movimiento aumenta el líquido sinovial, ayudando a la cápsula a estar más caliente y flexible. Es importante realizar ejercicios que sean suaves, indoloros y que nos hagan sentir bien al final de su realización. Los ejercicios que causan dolor solo provocan más inflamación, así que lo ideal es buscar aquellos que no duelan y realizarlos varias veces al día. En inglés se dice «motion is lotion», lo que significa que el movimiento actúa como lubricante para la articulación.
- Dolor: El dolor debe disminuir, sobre todo por las noches. Si realizar una actividad genera dolor, es crucial evitarla. El dolor produce inflamación, por lo que las actividades que lo incrementan no deben hacerse repetidamente. En cuanto a los antiinflamatorios, el consejo actual es evitarlos siempre que sea posible, especialmente si podemos manejar el dolor durante el día. La única indicación seria es cuando el dolor interfiere con el sueño.
- Fuerza: La fuerza no debe ser una preocupación primaria en las primeras fases del tratamiento. Muchos fisioterapeutas o médicos pueden recomendar ejercicios de fuerza con gomas, pero hasta que no se recupere la movilidad, los ejercicios de fuerza serán poco efectivos y pueden causar más dolor. Es importante evitar actividades que pongan todo el peso del cuerpo sobre los hombros, como planchas, fondos o burpees, ya que esto puede aumentar la inflamación en la articulación.
¿Inyecciones de Corticoides?
En el tratamiento del hombro congelado, algunas personas optan por inyecciones de corticoides. ¿Es una buena o mala idea? En principio, ni buena ni mala. Una inyección puede proporcionar alivio temporal del dolor y mejorar un poco la movilidad, pero los beneficios suelen durar solo unos días.
Las inyecciones de corticoides pueden ser útiles para aliviar el dolor de forma rápida, aunque generalmente no proporcionan una solución a largo plazo. Personalmente, prefiero evitar la inyección, a menos que la desesperación sea grande. Otros métodos, como el ácido hialurónico, ofrecen efectos similares. La clave es frenar la progresión de la condición e ir mejorando poco a poco, siempre en ascenso.
El Tratamiento Thimblex
El tratamiento Thimblex se está consolidando como una opción eficaz en el manejo del hombro congelado, especialmente para ayudar a reducir la inflamación y la rigidez. Su técnica de tracción y presión negativa permite eliminar las restricciones de movimiento causadas por la fibrosis y el tejido cicatricial, favoreciendo la recuperación de la movilidad. Este tratamiento acelera el proceso de descongelamiento, ayudando a restablecer el rango de movimiento.
Paciencia y Progreso
Recuperarse de un hombro congelado es un proceso arduo que requiere PACIENCIA. No se debe intentar curar la lesión de forma rápida y artificial, sino de manera progresiva y orgánica. Cada persona debe encontrar el método que le haga sentir mejor: algo que haga que el hombro esté más suelto y caliente, y repetir esa acción varias veces al día.
El hombro congelado nos recuerda una verdad esencial: el cuerpo tiene sus tiempos. En ocasiones, debemos escuchar, adaptarnos y trabajar con él. Así que, la próxima vez que te enfrentes a un desafío físico, recuerda: hasta el hielo más duro termina por descongelarse.