1. Movilidad ante todo. Lo más seguro es que te consideres un poco “tronco”. ¡Eso tiene que cambiar! 10 minutos de ejercicios de movilidad y estiramientos al día pueden ser de gran importancia para evitar lesiones en las pistas.
2. Fuerza de cadera y rodilla. El equilibrio empieza por la cadera y se centra en las rodillas. Trabajar los músculos estabilizadores de cadera con gomas y los músculos de la pierna con ejercicios usando nuestro propio cuerpo es una magnífica opción.
3. ¡Ponte a correr! Vuelve a retomar esos 20 minutos en la cinta o sal a correr 2 o 3 kilómetros por tu barrio. La fuerza que se consigue con la carrera continua es muy valiosa y te puede ayudar a sentirte más seguro sobre la nieve.
4. Pierde esos dos kilos. No esperes a verano! Un poco menos de peso te va a hacer sentirte más ágil y lo vas a agradecer tanto para bajar más seguro como para levantarte después de una caída.
5. Pasa por la ITV antes de ir a esquiar. Si tienes algún dolor sobre todo en la rodilla o la cadera no lo dejes pasar. Tienes tiempo de curar esa lesión antes de ir a esquiar. ¡Un par de sesiones pueden hacer maravillas!