Existen a mi entender dos tipos de lesiones. Las primeras, para mi las “fáciles”, las que se sabe como van a evolucionar si se realizan los tratamientos correctos y el paciente colabora (sobre todo en no empeorarla). Las segundas, las que yo llamo “misteriosas”. Estas lesiones no siguen un patrón preestablecido. El mismo tratamiento en dos pacientes con casos parecidos y puede tener un resultado totalmente contrario. Dentro de este segundo tipo de lesiones se encuentra la del nervio ciático.
En esta serie de artículos voy a intentar describir las vicisitudes a la hora de tratar una lesión del nervio ciático.
¿Qué es una ciática?
El término «ciática» se refiere a un dolor que irradia a lo largo del trayecto del nervio ciático, que se ramifica desde la parte inferior de la espalda a través de las caderas y los glúteos y hacia abajo de cada pierna. Por lo general, la ciática afecta solo a un lado del cuerpo.
La ciática se produce con más frecuencia cuando una hernia de disco, un espolón óseo en la columna vertebral o un estrechamiento de la columna vertebral (estenosis del conducto vertebral) comprimen parte del nervio. Esto causa inflamación, dolor y, a menudo, algo de entumecimiento en la pierna afectada.
El dolor y la incapacidad es muy variable. Va desde mucho dolor en diferentes partes de la pierna hasta entumecimiento de la pierna o el pie. El dolor puede agravarse por la noche durmiendo pero en otros casos empeora con la actividad.
¿Por qué aparece?
Normalmente aparece un día sin previo aviso. Hay varias factores que pueden influir en su aparición:
- Edad. Los cambios en la columna vertebral relacionados con la edad, como las hernias de disco y los espolones óseos, son las causas más frecuentes de la ciática.
- Obesidad. Al aumentar la sobrecarga en la columna vertebral, el exceso de peso corporal puede contribuir a los cambios espinales que desencadenan la ciática.
- Profesión o actividad deportiva. Un trabajo que requiere que gires la espalda, cargar objetos pesadas o conducir durante largos períodos podría estar relacionado con el desarrollo de la ciática, pero no hay pruebas concluyentes de esta relación. A su vez hay varios deportes que sobrecargan esta zona de la espalda.
- Permanecer sentado durante mucho tiempo. Las personas que permanecen sentadas durante mucho tiempo o tienen un estilo de vida sedentario son más propensas a padecer ciática que las personas activas.
¿Se puede prevenir?
No siempre es posible prevenir una lesión del nervio ciático. Tampoco se sabe a ciencia cierta que hacer o que no hacer. Como norma general se pueden seguir estas indicaciones que pueden ayudar a que no aparezca:
- Haz ejercicio regularmente. Para mantener la espalda fuerte, presta especial atención a los músculos del llamado core, es decir, los músculos del abdomen y de la parte inferior de la espalda.
- Mantén una buena postura al sentarte. Elige un asiento con un buen soporte lumbar, apoyabrazos y base giratoria. Puedes colocar una almohada o una toalla enrollada en la parte baja de la espalda para mantener su curva normal. Mantén las rodillas y cadera alineadas.
- Utiliza una mecánica adecuada. Si estás de pie durante períodos prolongados, apoya un pie en un banquito o en escalón. Esto puede ayudar a sentir menos dolor. Cuando levantes objetos pesados, deja que las piernas hagan el esfuerzo, dobla las rodillas.
¿Por qué acudir al fisioterapeuta?
Un buen tratamiento de fisioterapia debe de ir encaminado a mejorar tres aspectos importantes:
- Recuperar la movilidad de movimientos que se hayan acortado. El más común suele ser levantar la pierna estirada, ya sea tumbado o de pie. Este es el movimiento que más se ve afectado por una irritación del nervio ciático. Relajar la musculatura.
- Relajar la musculatura que se haya ido contracturando con el tiempo. Normalmente suele ser los músculos glúteos, los músculos lumbares y los músculos posteriores de la pierna.
- Recuperar la seguridad en ciertas acciones realizando ejercicios funcionales.