El poder de las manos

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Acabo de encontrar un artículo que me ha alegrado el día. Es un artículo publicado el 6 de Octubre de 2021 en “The Harvard Gazette” (Lindsey Brownell) y en él se habla de los efectos del masaje sobre los músculos. Ya solamente la introducción del artículo me ha convencido: 

“Los masajes sientan bien, pero ¿realmente aceleran la recuperación muscular? Resulta que lo hacen. Los científicos del Instituto Wyss y de la Escuela de Ingeniería y Ciencias Aplicadas John A. Paulson de Harvard aplicaron fuerzas precisas y repetidas (similares al masaje) a los músculos lesionados de patas del ratones y descubrieron que se recuperaban más fuerte y más rápido que los músculos no tratados, probablemente porque la compresión exprimía las células causantes de inflamación de el tejido muscular”

Ya me quedo más tranquilo. Resulta que casi todo lo que hecho laboralmente los últimos 25 años ha sido dar masajes. Siempre he sido un defensor del masaje y, en cierto sentido, un detractor de las máquinas terapéuticas en fisioterapia. En mi opinión un buen fisioterapeuta, antes que fisioterapeuta, debería ser un buen masajista. Aprender a tratar, sentir y curar con las manos. 

Es por este motivo que el estudio de la Universidad de Harvard ha tocado mi fibra sensible. Comentan los autores que en el proceso de regeneración de las fibras musculares existe una conexión muy clara entre el masaje y la función inmunológica. El masaje duplicó la tasa de regeneración muscular y redujo la cicatrización tisular después de dos semanas.

La explicación que dan es que con el masaje se consiguen “exprimir” fuera de las fibras musculares a neutrófilos y citoxinas (sustancias inflamatorias). Estas sustancias son importantes para la regeneración en las etapas iniciales de curación, pero es igualmente importante que la inflamación se resuelva rápidamente para permitir que los procesos regenerativos sigan su curso completo. 

Termina el artículo con esta conclusión del autor: «Estos hallazgos son notables porque indican que podemos influir en la función del sistema inmunológico del cuerpo de una manera no invasiva y libre de drogas”

En una época en la que se tiende cada vez más a la fisioterapia invasiva y eléctrica, este artículo se puede ver como algo “refrescante”.

Termino con esta reflexión propia: ¿Por qué empeñarnos en inventar y crear terapias tecnológicas sofisticadas o tratamientos invasivos si lo que tenemos en nuestras manos, lo que llevamos realizando cientos de años es efectivo, igual o más que cualquier aguja o corriente?