¿Está la fisioterapia perdiendo su esencia? Tendencias actuales.

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Fisioterapia en evolución: una visión desde dentro

A lo largo de mi carrera, he tenido la oportunidad de viajar y trabajar en distintos países, lo que me ha permitido conocer de primera mano cómo ejercen la profesión mis colegas fisioterapeutas en diferentes contextos.

Entre 2009 y 2019 viví en EE. UU y al regresar a España en 2019 me encontré con una fisioterapia algo diferente a la que dejé. Con este artículo no trato de juzgar si el cambio es mejor o peor, sino de analizar cómo ha evolucionado la profesión en estos años.

De la osteopatía a nuevas tendencias

Entre 2000 y 2010, la osteopatía era una de las técnicas más valoradas. Todo fisioterapeuta que quisiera destacar debía formarse en ella y dominar la manipulación vertebral. Era común ver carteles de «Fisioterapia y Osteopatía» en clínicas y consultas. Sin embargo, a partir de 2020, esto ha cambiado: hoy en día, son pocas las clínicas que lo anuncian, y la osteopatía ha dado paso a otras técnicas emergentes. Reflexiono entonces: ¿ha dejado de ser efectiva la osteopatía como terapia, o ha perdido atractivo como mensaje para el público, o simplemente ha dejado de ser rentable para los fisioterapeutas?

El auge de la tecnología

Antes, el enfoque estaba en la terapia manual. Se valoraba a un fisioterapeuta por sus manos y su técnica. Ahora, en muchos casos, lo que se valora es la maquinaria que utiliza. Ya no se escucha “este fisio tiene buenas manos”, sino “este fisio tiene una máquina de 50.000 euros”. En lugar de anuncios de osteopatía, encontramos nombres como Bomba Diamagnética, Electrólisis Percutánea Intratisular y otros dispositivos y terapias que han ganado protagonismo en el sector. Otra vez reflexiono: ¿han dejado de ser eficaces las manos de los fisioterapeutas, o son las máquinas mucho más efectivas (estoy convencido que no lo son)?

Agujas, agujas, agujas

Punción seca, EPI o cualquier otro método… Todo esto es la llamada fisioterapia invasiva, una tendencia que antes no existía. El uso de agujas se ha convertido en un estándar dentro de la fisioterapia en España. En EE. UU., por ejemplo, para realizar tratamientos con agujas es necesario un certificado nacional de acupuntura de 5 años. Aquí, en cambio, es una práctica habitual en fisioterapia. Me pregunto cuántos profesionales realmente saben dónde están pinchando y con qué propósito. Como es algo que los pacientes demandan, la tendencia se mantiene, hasta que deje de estar de moda.

La ecografía: otra moda española

No dudo que haya fisioterapeutas que sepan realizar e interpretar una ecografía, pero ¿realmente es necesario? ¿Por qué no dejamos que cada profesional haga su trabajo? Un médico, con más de 10 años de formación, está mucho más cualificado para interpretar una ecografía que un fisioterapeuta que ha realizado un curso de tres meses. Lo dicho: hay que vender ecógrafos y quedar bien con los pacientes. Y me repito, en EE. UU. y otros países, son los médicos quienes realizan y, sobre todo, interpretan las ecografías. Aparte, acabo con otra reflexión: ¿cambia realmente el tratamiento de un fisioterapeuta según el resultado de la ecografía? Por mi experiencia, si un tejido o músculo está roto, el paciente no está en la consulta de un fisioterapeuta, sino en urgencias o viendo a un médico. La ecografía está para eso, para descartar problemas mayores, y con sentido común, se puede intuir sin necesidad de realizar una ecografía. En muchas ocasiones, he rechazado tratar a un paciente y le he enviado al médico por sospechar de una rotura muscular o de una calcificación, y para eso no he necesitado un ecógrafo.

La búsqueda del método milagroso

¿Cuántas veces hemos escuchado frases como “ve a este fisio, que te cura en una sesión”? Nada más lejos de la realidad. Llevo más de 25 años trabajando como fisioterapeuta y no he conseguido curar a nadie en una sola sesión. La recuperación de una lesión o un dolor crónico conlleva tiempo, ejercicios, cambios de hábitos y mentalización. Incluso factores como el descanso y la alimentación juegan un papel clave.

Para mí, ya es tarde para adaptarme a estas nuevas tendencias, y tampoco tengo interés en hacerlo. Veo cómo estamos en una época de modas: aparecen máquinas revolucionarias que prometen ser la panacea y, con el tiempo, desaparecen. En su día, el cartel de muchas clínicas de fisioterapia decía «Fisioterapia e Indiba». ¿Dónde ha quedado la Indiba? En su momento, parecía que Nadal y Contador le debían sus triunfos a esta tecnología. Hoy en día, su uso se ha desplazado más hacia el ámbito de la estética que al de la fisioterapia.

Termino rompiendo una lanza por la terapia manual. No existe terapia más longeva; ya en la Antigua Grecia se describen terapias con las manos. Pero, al final, cada uno es libre de seguir su camino; lo importante es creer y disfrutar de lo que se hace, sin centrarse únicamente en el rendimiento económico.