Las rodillas de Nadal. (artículo publicado en la revista Grand Slam febrero 2020)

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“LAS RODILLAS DE NADAL”

Por Juan Reque. Febrero 2020.

INTRODUCCIÓN

En el año 2003 yo estaba trabajando como fisioterapeuta de los servicios médicos de la ATP en el  torneo de  Stuttgart, Alemania. Uno de los primeros días de torneo entró en la sala de tratamiento un jugador joven con su entrenador. Yo sabía que ese jugador era una futura estrella y que a sus 17 años ya estaba jugando torneos profesionales. Sabía que su nombre era Rafael y que era de Mallorca. El motivo por el cual entraron en la sala era porque a Rafael le dolía una rodilla. Sin entrar en mucho detalle, su caso era similar al de muchos otros jugadores. Una o las dos rodillas empiezan a doler un día sin previo aviso. El dolor en un principio, se siente más al subir o bajar escaleras, por la mañana al despertarse o después de jugar. Normalmente una vez que el jugador calienta, el dolor desaparece. Pero esta es solo la primera fase. En la segunda fase el dolor no se va durante el calentamiento e incluso va a peor a medida que pasa el tiempo jugando. En una tercera fase el dolor impide la práctica del tenis.

Estos síntomas son característicos de las tendinitis de rodilla, tanto rotuliana como patelar. Tendinitis es un término que ha dejado de usarse en el mundo de la medicina deportiva y ha sido sustituido por tendinopatía o tenosinovitis. Independientemente del nombre que se le quiera dar el problema es un sufrimiento del tendón que a veces cursa con engrosamiento e inflamación.

Llevamos años leyendo en la prensa deportiva sobre la tendinitis rotuliana o patelar que sufre Rafael, le hemos visto jugar en infinidad de ocasiones con esos característicos vendajes debajo de la rótula y también hemos observado como los fisioterapeutas de la ATP le hacían tratamientos en la pista. No es un secreto que su problema han sido los tendones de la rodilla. Él mismo lo ha mencionado en varias entrevistas: “Mi sensación es que ni me he roto un ligamento ni ha sido nada de menisco. Sé muy bien lo que hay y lo que hay es el tendón”.

Podemos preguntarnos entonces: ¿cuál ha sido realmente su problema? Pero más importante, por qué un deportista como Rafael con los mejores medios médicos a su alcance ha sufrido de problemas de rodilla durante toda su carrera?

REPASO ANATÓMICO

Los tendones son cordones fuertes de tejido fibroso que unen los músculos a los huesos. La rótula está unida a los músculos cuádriceps en la parte superior por el tendón del cuádriceps y en la parte inferior a la tibia por el tendón patelar. Ambos tendones trabajan con los músculos de la parte delantera del muslo – cuádriceps –  para extender la pierna y son imprescindibles para andar y correr. 

Una  tendinopatía significa dolor de un tendón, no significa daño al tendón, aunque pueden observarse algunos cambios estructurales. Las tendinopatías suelen ser lesiones por uso excesivo que tienen un inicio gradual de dolor pero también pueden desarrollarse después de un golpe directo al tendón. 

Una teoría que trata de explicar el origen de las tendinopatías es la siguiente: debido a un sobre- esfuerzo o un movimiento violento se produce una microrotura en algunas fibras del tendón lo que causa una inflamación. Esta rotura en condiciones normales se cura de forma natural en unos días. Pero si antes de llegar a la curación realizamos otro esfuerzo la micro- rotura retrasa su curación. Si este fenómeno se repite varias veces el tendón no consigue curarse del todo. La opinión actual de los investigadores es que esta teoría de micro- roturas acumulativas es la causa por la cual un deportista puede desarrollar una lesión en los tendones de la rodilla. 

Una vez que la lesión se instaura en el cuerpo y pasan varias semanas hay otra concatenación de factores negativos que no ayudan a su curación. La inflamación hace que no fluya bien el flujo linfático y sanguíneo. Esto provoca un estancamiento de los fluidos y adherencias en las distintas capas de músculos, fascias y piel. Al no llegar sangre oxigenada de forma correcta a la zona afectada no se pueden limpiar las sustancias químicas inflamatorias y el proceso de curación se retrasa en el tiempo. Se entra en un círculo viscoso de inflamación – dolor – debilidad – mala circulación del que es difícil salir sin un tratamiento médico o fisioterapéutico y un programa de ejercicios adecuado. 

LA IMPORTANCIA DE PARAR

El verdadero problema de las tendinopatías es que lleguen a hacerse crónicas. Una lesión crónica es aquella que se prolonga en el espacio de tiempo por más de una semana o dos semanas. Como se ha visto anteriormente en la mayoría de las ocasiones es posible hacer desaparecer un dolor en el tendón si se trata con rapidez e inmediatez. En gran medida, la responsabilidad de que una lesión de tendón se instale o no de forma permanente recae en el deportista o en su equipo médico. Como ejemplo, si un jugador – de cualquier nivel – en el momento en el que siente un dolor descansa unos días y recibe algún tratamiento fisioterapéutico, el dolor suele desaparecer y puede continuar con su deporte sin mayores problemas. Pero si hace caso omiso al dolor y sigue jugando, ya sea porque tiene un torneo importante o porque cree que va a perder la forma, entonces puede que el dolor no se vaya tan fácilmente. Hay casos, como el de Rafael Nadal, en el que el deportista convive con el dolor durante años. En mi opinión, son los primeros días los que condicionan la evolución de la lesión. Analizar cada dolor, parar si es necesario y retornar de forma progresiva es la clave del éxito.

POR QUE SURGEN LAS TENDINOPATIAS

En muchas ocasiones no es fácil definir el origen de las tendinopatías. A veces la causa son varios factores pero entre los más comunes se encuentran los siguientes: 

  • Aumento rápido del tiempo e intensidad de entrenamientos o partidos. Es frecuente que las tendinopatías surjan después de un torneo duro o de una semana intensiva de entrenamientos. Hay que cuidar los descansos y la recuperación en el caso que tengamos que competir o jugar más tiempo del acostumbrado
  • Cambios de superficie. Si cambiamos de tierra batida o dura o viceversa tenemos que hacerlo de forma progresiva. Los cambios, sobre todo a superficie dura, pueden crear mayor estrés en articulaciones y tendones. 
  • Práctica de otros deportes. La típica pachanga de fútbol por navidad o participar en una carrera de 10 kilómetros puede ocasionar lesiones en algún tendón. Hay que tener mucho cuidado al participar en actividades a las que no estamos acostumbrados.
  • Técnica defectuosa. Puede ocurrir que un mal movimiento de saque o unos desplazamientos incorrectos desarrollen una tendinopatía. Es importante trabajar el físico fuera de la pista para mantener los músculos equilibrados y trabajando de forma correcta. 
  • Flexibilidad y movilidad articular acortada. Las rodillas sufren mucho si la movilidad de las caderas está limitada. Es importante hacer un buen calentamiento articular antes de jugar, basado en ejercicios dinámicos y estirar después para relajar la musculatura.

LA PREVENCION DE LAS LESIONES DE ISQUIOTIBIALES

Como hemos podido ver, lo importante a la hora de prevenir lesiones de rodilla es que los músculos de la parte anterior y posterior estén equilibrados. No basta con fortalecer los músculos de las piernas aisladamente como se hace de forma habitual en gimnasios. Hay que hacer un trabajo de fortalecimiento funcional en el que los dos grupos musculares trabajen al unísono y en equilibrio.

A parte de la fuerza, otro aspecto fundamental es la movilidad de cadera. Se sospecha que las lesiones de rodilla y muslo están directamente relacionadas con rigidez o limitación en los movimientos que flexionan y extienden la cadera y en los movimientos de rotación. 

Un buen programa de prevención deberá hace hincapié en lo siguiente:

  • Estiramiento y movilidad de cadera, sobre todo en los movimientos de flexión- extensión y rotación.
  • Fortalecimiento global y funcional de la musculatura de cadera y muslo. 
  • EJERCICIOS DE MOVILIADAD Y ESTIRAMIENTOS 
    • LA FLEXIBILIDAD O ESTIRAMIENTOS. La flexibilidad se describe comúnmente como el rango en el que podemos mover una articulación, de un lado a otro. O, en términos simples, hasta dónde podemos llegar, doblar o girar. Cuando el objetivo es mejorar la flexibilidad, los músculos y la fascias que los recubren deben ser el foco principal del entrenamiento de flexibilidad. Si bien los huesos, las articulaciones, los ligamentos, los tendones y la piel contribuyen a la flexibilidad general, tenemos un control limitado sobre estos factores. Aunque hay muchas formas diferentes de realizar un estiramiento, todas se pueden agrupar en estas dos categorías: estática o dinámica (los estiramientos dinámicos los vamos a englobar dentro de los ejercicios de movilidad).
      • El término estiramientos estáticos se refiere a estiramientos que se realizan sin movimiento. En otras palabras, el individuo se coloca en la posición de estiramiento y mantiene el estiramiento durante un período de tiempo específico. Este tipo de estiramientos se utiliza después de jugar o en casa por la noche como sesión de relajación.  
    • EJERCICIOS DE MOVILIDAD (estiramientos dinámicos). Como su propio nombre indica, estamos ante la capacidad de movimiento de las articulaciones, en el sentido más amplio y dinámico de la palabra. Para que este ejercicio tenga los resultados esperados es necesario encontrar el equilibrio entre todos los músculos que rodean la articulación, de ahí su precisión. El mejor momento para estimular la movilidad articular es en la fase de calentamiento, es decir, al inicio de la sesión de ejercicios.
      • Movilidad de rodilla. Para prevenir lesiones de de rodilla en general los movimientos de flexión y extension de rodilla tienen que estar sin restricciones. 
      • Movilidad de cadera. Cada vez más jugadores sufren de acortamientos en la articulación de la cadera que pueden influir negativamente en la rodilla. Mantener una buena movilidad de cadera, tanto en la flexión-extensión como en la rotación puede ayudar a prevenir lesiones en los músculos y tendones relacionados con la cadera.  
      • Movilidad de espalda baja. La columna lumbar está estrechamente relacionada con la cadera y consecuentemente con la rodilla. Mantener todos los movimientos de la espalda en buenas condiciones puede ayudar a prevenir muchas lesiones de cadera y rodilla. 
  • Ejercicios de fortalecimiento: Para prevenir lesiones en la rodilla una musculatura fuerte y equilibrada es fundamental. Los ejercicios deben de fortalecer los músculos anteriores, laterales y posteriores del muslo. Sobre todo, deben de ser ejercicios que trabajen todos los grupos musculares en colaboración, no aisladamente. 
      • Ejercicios con gomas. Son los ejercicios más fáciles de realizar, pero también muy efectivos. Basta con llevar una banda elástica en el termo y se podrán realizar los ejercicios antes de jugar como calentamiento o después como parte de la preparación física. Los grupos musculares que mejor se trabajan con las gomas son los músculos estabilizadores de la cadera. Entre ellos se encuentran el cuadrado lumbar, el glúteo mediano y el tensor de la fascia lata. 
      • Ejercicios funcionales. Los ejercicios funcionales entrenan a varios músculos para trabajar juntos y prepararse para gestos deportivos. Son combinaciones de ejercicios, normalmente sin peso ni aparatos, que utilizan el propio peso corporal. 
      • Ejercicios con banda o TRX. Otra buena forma de fortalecer las piernas sin tener que ir al gimnasio. Hay tres o cuatro ejercicios muy efectivos que se pueden realizar con estas bandas y son, sobre todo, los que combinan el fortalecimiento de glúteos, cuadriceps y gemelos.

EL TRATAMIENTO DE LAS LESIONES DE ISQUIOTIBIALES 

El tratamiento manual, una vez que notamos molestias, es imprescindible. Cuando el tejido muscular se irrita por sobreuso forma adherencias que comprometen el funcionamiento de la fascia, las cuales limitan la circulación a través del tejido subyacente e inhiben la función debido a la isquemia. Los músculos isquiotibiales y los cuádriceps son muy propensos a estas adherencias. La consecuencia es dolor e incapacidad de realizar correctamente la actividad y mayor riesgo de padecer lesiones de rodilla. Los tratamientos deben de ir encaminados a aumentar y liberar el espacio entre la piel y la fascia superficial y a mejorar el deslizamiento entre la fascia superficial y profunda. Este proceso llevará a una “limpieza” de la zona lesionada. Un tratamiento bien realizado mejorará el flujo linfático y sanguíneo y, consecuentemente, provocará un reclutamiento adecuado de las fibras de los músculos implicados.

Existen varios tipos de tratamientos que consiguen estos efectos. Entre ellos se encuentran los siguientes:

  • Automasaje con foam roller, palo o stick: Esta es la mejor manera de relajar los músculos de la pierna uno mismo. Los pases longitudinales que podemos hacer desde los glúteos hasta la cadera van a ayudar a relajar los músculos a la vez que eliminan la toxinas producidas durante el ejercicio. 
  • Thimblex: Es una técnica manual que trata de abrir las líneas de comunicación en todo el cuerpo al borrar la memoria somática del tejido, elimina sustancias tóxicas que han quedado atrapadas en la malla de fibras y resuelve el dolor de los tendones. Todo esto permitirá que los vasos sanguíneos y los vasos linfáticos se dilaten (se abran), lo que aumentará la circulación de ambos fluidos.

En definitiva, las tendinopatías de rodilla se convierten en un gran problema si se vuelven crónicas. Escuché un día a un comentador en la televisión decir: ¿Cuántos Grand Slams habría ganado Rafael Nadal sin el problema con sus rodillas? Yo siempre me he preguntado: ¿Si Rafael hubiese parado unas semanas después del torneo de Stuttgart en 2003 podría haber solucionado el problema y evitarse todos esos dolores durante toda su carrera? Nunca lo sabremos. Pero lo que si sabemos es que un dolor en la rodilla, si se trata con inmediatez y de forma correcta, se puede solucionar en unos días. A cualquier nivel, no solo en los deportistas de élite. Hay que invertir por tanto más tiempo y esfuerzo en prevenir las lesiones y en atajarlas a las primeras señales.