Durante todos los años que he estado trabajando como fisioterapeuta siempre me he apoyado en cuatro herramientas de diagnóstico:
- Mi experiencia.
- Mi intuición.
- Varias pruebas funcionales articulares y musculares.
- Mis manos.
Me han sido muy útiles pruebas complementarias de diagnóstico como la resonancia magnética o la ecografía, pero mayormente estas pruebas las he considerado importantes para descartar que el paciente tuviera roturas o lesiones más graves. Nunca he querido hacer yo las ecografías ni me considero un experto leyendo resonancias. Eso se lo dejo a los especialistas.
Recientemente he descubierto dos herramientas de diagnóstico que se complementan muy bien con las que he comentado arriba:
- El análisis de las adherencias de la piel, lo que yo llamo stoppers.
- La termografía clinica.
Los stoppers son, a mi entender, zonas del cuerpo donde existe un estancamiento de fluidos que puede llegar a afectar negativamente a los músculos. A groso modo, al pegarse la piel al músculo se impide una correcta vascularización con el consecuente detrimento en la eficacia del músculo y los movimientos. Este análisis y tratamiento es el que yo llamo Thimblex.
Por último he introducido la termografía como ayuda al diagnóstico. Es una forma de analizar el cuerpo, buscando siempre las variaciones en la temperatura que pueden ser debidas o causadas por contracturas, roturas o inhibiciones musculares.
En definitiva, lo que pretendo con cada paciente es dar con la causa de los dolores o, por lo menos, crear una hipótesis que sirva como guía de tratamiento.