Newsletter # 2. El hombro congelado.

Newsletter # 2. El hombro congelado.

Tiempo de lectura: 2 minutos

El hombro congelado es un término muy apropiado para describir esta lesión. Las personas que padecen de esta patología sienten como si su hombro se hubiese enquistado, paralizado, apelmazado… Tal vez si solo fuese éste el problema, no sería una lesión tan invalidante. A estas limitaciones hay que sumarles las molestias constantes, el dolor al dormir y el dolor al mover el brazo, sobre todo por encima de la cabeza.

Médicamente el hombro congelado también es llamado capsulitis adhesiva. No es raro ver a personas de mediana edad con este dolor, incluso sin practicar deporte habitualmente. Esta lesión aparece por capricho, a veces tiene un comienzo claro, debido a una caída o lesión pero, en otras ocasiones, simplemente aparece. En definitiva es un problema realmente desafiante ya que no es solamente doloroso, si no que produce una discapacidad en el paciente con el consecuente detrimento de su calidad de vida. 

Desde el punto de vista médico no es menos complicado. El debate es continuo sobre su diagnóstico, su clasificación, incluso qué nombre darle. Tampoco hay consenso en las opciones de tratamiento. ¿No se debe hacer nada, dejar que la naturaleza siga su curso? ¿Hay  movilizar con dolor, sin dolor, tratarlo, no tratarlo o simplemente supervisar la evolución?

Si hacemos un rápido repaso a algunos estudios, en la población general la incidencia está entre el 2 % y 5 % y es más común en mujeres entre 40  y 60 años de edad. Si nos centramos en los estudios de calidad, describen consistentemente los altos niveles de dolor y discapacidad que sufren los pacientes y el profundo efecto que tienen en su calidad de vida. A menudo tienen una recuperación prolongada, si realmente se recuperan por completo, y hay muchas dudas sobre cuáles son las mejores opciones de tratamiento.

Se puede decir que la historia del hombro congelado ha sido un desafío desde hace siglos. Codman, en 1934, describe como el hombro congelado es una condición «difícil de definir, difícil de tratar y difícil de explicar desde el punto de vista de la patología». ¿Ha habido algún progreso desde 1934? Puede que alguno, pero desafortunadamente todavía no entendemos completamente por qué el hombro congelado sucede.

Podemos ahora lanzar una reflexión: ¿Por qué los monos y los simios no sufren de hombro congelado? ¿Qué podemos aprender de la naturaleza? ¿Será por que no paran de mover los brazos?

Por mi experiencia, en esta reflexión encontramos una buena respuesta a los orígenes y causas de tener un hombro congelado. Esta es la teoría del estrés oxidativo que se crea en toda la articulación del hombro por poco uso. Pero esto es solo una teoría. Otras abogan por una predisposición genética, una respuesta inmune del cuerpo, una inflamación metabólica, hormonal o, incluso, la diabetes. Por lo tanto la causa no la sabemos, tampoco nos importa mucho en esta lesión. Lo que nos importa es la solución. Se habla de una curación entre 4 meses y 2 años.¿Qué influye en que sean 4 meses o 2 años? A mi entender el trabajo de fisioterapia y ejercicios diarios que hagamos en casa. El simple reposo no mejora la lesión. Hay que movilizar, lubricar, calentar, ejercitar, masajear el hombro siempre que se pueda. Esta es, en mi opinión, la solución al hombro congelado. Pero hay que tener en cuenta que, aun en el mejor de los casos, la curación de un hombro congelado siempre va a ser lenta y progresiva. ¡Los milagros no existes!

Newsletter # 1. La importancia de la elección.

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UN VIAJE POR EL MUNDO DE LAS TERAPIAS

La elección de cada terapia, de cada tratamiento es una de las cuestiones más complejas dentro de la medicina y fisioterapia. Es importante conocer los tratamientos estrella de cada médico y fisioterapeuta para según qué lesión, aparte de tener información detallada sobre distintos métodos antiguos y nuevos.  En general, saber a quien acudir en cada fase de la lesión no es una situación fácil. La mejor manera de navegar por esta maraña de información solo se puede conseguir con un correcto asesoramiento. No podemos fiarnos de recomendaciones de amigos y familiares. Ahí estamos dejando nuestra salud en manos de la suerte y, la salud, es lo más importante que tenemos.

La lógica nos dice que un solo método no puede curar una lesión que lleva instaurada en nuestro cuerpo durante mucho tiempo. Todos y cada uno de los creadores de las terapias que describimos en este artículo hacen especial hincapié – en entrevistas y publicaciones- en la importancia de un trabajo global, que incluya ejercicios de rehabilitación y prevención junto a buenos hábitos de salud y alimentación para que la lesión no vuelva a aparecer. Toda recuperación tiene que seguir unos plazos establecidos, unos plazos marcados por nuestro organismo. De lo contrario el riesgo de recaída es muy alto.

Supongamos por un momento que disponemos de tiempo y fondos ilimitados para desplazarnos libremente por el mundo. Luego imaginemos que llevamos ya un año con un dolor crónico en el hombro, que no nos deja dormir, o de una molestia persistente en la rodilla que nos impide subir y bajar escaleras. Numerosas visitas a médicos, fisioterapeutas y muchas horas navegando por youtube no han conseguido mejorar nuestra situación. Estamos ya en la fase de desesperación. 

Ahora os propongo un juego, solo por darnos el gusto. Juguemos a ser Cristiano Ronaldo o Tiger Woods: Tenemos el jet privado en la pista de despegue para poder visitar a los mejores especialistas y realizar los tratamientos más innovadores.

Yo empezaría el viaje en Düsseldorf, Alemania. Ahí, en ese pequeño pueblo a orillas del río Rin, se encuentra nuestro primer especialista: Dr. Wehling. Su historia es de novela. En un momento de inspiración en 1986, este especialista en medicina molecular consiguió crear una “poción mágica” con unos poderes antiinflamatorios nunca antes vistos. Según comenta, su método – el Regenokine – es 120 veces más efectivo que un tratamiento más convencional como el PRP (tratamiento de plasma rico en plaquetas). En su libro “The End of Pain” describe como el mismo Papa Juan Pablo II le dio las gracias por curar sus rodillas maltrechas de tanto rezar arrodillado. A Alex Rodríguez, jugador de baseball, también con rodillas doloridas, nada más salir de la clínica le dieron ganas de subir esprintando la primera colina que se encontró. El ya fallecido Kobe Bryant publicó en sus redes sociales numerosos detalles sobre el tratamiento. Regenokine es una terapia invasiva que utiliza factores de crecimiento de la sangre del paciente para estimular la curación natural del área lesionada. En la primera sesión se le extrae sangre al paciente que luego se calienta y se centrifuga. Este proceso separa diferentes partes de la sangre. A continuación se selecciona un suero concentrado lleno de sustancias antiinflamatorias que se inyecta en el área lesionada.

El suero generalmente proporciona un alivio inmediato del dolor, pero pueden pasar varias semanas antes de que las propiedades antiinflamatorias surtan efecto. El tratamiento Regenokine se usa para tratar prácticamente todas las lesiones de articulaciones, ligamentos, músculos y tendones. ¿Y dónde está la trampa? Pues tiene dos. La primera es que el tratamiento se realiza durante cinco días consecutivos, con lo que es imprescindible pasar unas mini vacaciones en Alemania. La segunda, la peor, el precio: De 10.000 a 15000 Euros por todo el tratamiento.

El viaje continúa y nos dirigimos ahora a Londres. Ahí acudiremos al London Independant Hospital, donde se encuentra el radiólogo Dr. Otto Chan. Dr. Chan y su equipo se han especializado en una técnica llamada High Volume Injections (HVI). High volume injections son inyecciones para aliviar el dolor crónico en articulaciones y tendones. En el procedimiento se inyecta un volumen bastante alto de solución (30-40 ml) en el espacio entre el tendón y la vaina del tendón, donde viajan los vasos sanguíneos y nervios, o en la misma articulación. Esta solución contiene solución salina normal y anestésico local. La solución separa y libera los vasos y nervios creando un espacio. Es como si hinchásemos un globo con agua. Esto ayuda a restablecer el proceso de curación, liberar adherencias y, finalmente, reducir el dolor. Según el Dr. Chan, los efectos en casos como la tendinopatía del supraespinoso o el temido “hombro congelado”, son inmediatos. El paciente sale de la consulta con mayor movilidad y menor dolor. Aun así recalca que es importante complementar su tratamiento con un buen protocolo de fisioterapia y rehabilitación. No es de extrañar que Dr. Chan colabore en el torneo de tenis de Wimbledon todos los años. 

Nuestro siguiente especialista no es fácil de localizar. Tendremos que mirar en la página web de la ATP (Asociación de Tenis profesional) y buscar el torneo que se esté disputando esa semana. Ahí, en una habitación de alguno de los hoteles oficiales, es donde el italiano Dr. Pier Francesco Parra monta su “campamento”. No es extraño ver una cola de jugadores en algún  pasillo de hotel, pero lo que es realmente digno de reseñar es ver los nombres de los jugadores, entre los cuales se encuentran varios top 10 del ranking. Dr. Laser, como se le denomina en su página web, lleva años paseando su laser por los aeropuertos de todo el mundo, como si fuese su recién nacido. A la pregunta de por qué su laser es tan efectivo, su contestación es simple: “Mi laser es muy potente y tiene un porcentaje de curación elevada. La diferencia entre mi láser y cualquier otro láser menos potente es la penetración del haz de luz, que varía entre 2 y 5 cm. Es decir, a mayor potencia, mayor profundidad y a más fibras se puede llegar.”

Si todavía nos quedamos con ganas volver a Alemania podemos visitar a Hans Wilhelm Mueller Wohlfahrt y sus “magic hands”. Mueller- Wohlfahrt ha trabajado décadas para el equipo de futbol Bayern Munich y ha tratado a personajes como Usain Bolt, Paula Radcliffe, Maurice Greene, o músicos como Bono. Su terapia, para algunos controvertida, es un misterio. Huyendo de la química y de los medicamentos convencionales, sus tratamientos son infiltraciones en las que combina sustancias homeopáticas con otras más curiosas como extracto de cresta de gallo o derivados de sangre de ternera. En varias entrevistas habla abiertamente de su animadversión por las pruebas diagnósticas como la resonancia magnética, de su confianza en el diagnóstico con las manos e incluso de una energía y fuerza que viene de la mano de Dios. Dr. Feelgood, otro de sus apodos, basa casi todo su diagnóstico médico en sus manos y considera que muchas de las lesiones musculares no se diagnostican correctamente, lo que lleva al deportista a estar demasiado tiempo parado.

Por último nos vamos a referir a dos terapias manuales que se llevan realizando desde hace muchísimos años en todo el mundo. 

La primera se creó en los años 60 del siglo pasado por Dr. Cyriax , en Londres. Sus masajes son diferentes a los masajes convencionales, lo llama masaje transverso profundo o, simplemente Cyriax. Este tipo masaje aplica fricciones que cruzan las fibras musculares y resulta muy efectivo en el tratamiento de tendinopatías o lesiones musculares. Su efecto analgésico y de re-ordenación de las fibras de colágeno lo hacen muy popular, con el único inconveniente que es muy doloroso y algunos pacientes no lo pueden soportar. 

En USA encontramos un método de tratamiento similar al Cyriax, con la diferencia que las presiones se aplican en dirección longitudinal en vez de transversal. La terapia se llama ART y fue creada por el quiropractor Dr.  en San Diego, California. ART es una técnica manual que trata de alinear y regenerar las fibras musculares. Como indica su nombre, Active Release Technique, durante el tratamiento el paciente realiza un movimiento articular activo mientras que el terapeuta realiza una fuerte presión acompañando el movimiento. Es un tratamiento muy efectivo también para todo tipo  de lesiones musculares o tendinosas. En un principio adoptado por quiropractores, en la actualidad se realiza en múltiples consultas de fisioterapia a lo largo y ancho de Estado Unidos. Tanto que ya hasta existe la expresión: Voy a ART. 

Todos estos tratamientos solo son una pequeña muestra del menú de tratamientos que existe en el mundo. Hay tantos tratamientos como lesiones en el cuerpo. 

Una de las cuestiones más importantes es dejarse asesorar por profesionales y no hacer caso a recomendaciones de conocidos, a consejos encontrados en internet o a campañas de marketing. Una vez que hemos elegido un tratamiento hay que ser pacientes y constantes. No podemos cambiar de tratamiento antes de agotar los plazos establecidos. Ir saltando de un tratamiento a otro tampoco tiene mucho sentido. Hay que confiar en el proceso. Solo así, con buenas elecciones, con paciencia y con constancia, tendremos las mejores oportunidades de cuajarnos. 

 

Referencias: 

https://www.nytimes.com/2007/09/01/sports/tennis/01notes.html

https://www.youtube.com/watch?v=XTwpSq3n9Go

https://www.france24.com/en/20180330-mueller-wohlfahrt-maverick-doctor-with-magic-hands

https://en.wikipedia.org/wiki/Hans-Wilhelm_Müller-Wohlfahrt

https://www.welt.de/sport/plus205380895/Sportarzt-Mueller-Wohlfahrt-Ueber-50-Prozent-aller-Diagnosen-von-Muskelverletzungen-stimmen-nicht.html?notify=success_subscription

https://www.sueddeutsche.de/muenchen/mueller-wohlfahrt-gott-glaube-1.4675444

Coaching de lesiones

Tiempo de lectura: 3 minutos

Ahora que me estoy acercando a una edad respetable es un buen momento para reflexionar y hacer valoración sobre lo que he estado haciendo en los últimos 25 años. Puedo quedarme pensando 20 minutos, buscar algo relevante o importante, algo que haya marcado una diferencia, pero por muchas vueltas que le de a la cabeza todo se reduce a lo mismo: Ayudar, con mis manos, a gente con dolor. Da lo mismo quien sea, atletas profesionales, niños de 12 años, abuelitas de 85 años… todo es lo mismo. Todos/as buscan un alivio a su dolor y se ponen en mis manos. Al principio me sentía un poco como un impostor. No entendía como hacían caso a lo que les decía, como confiaban en el juicio de un joven de 25 o 30 años. Pero muchos lo hacían y no han parado de hacerlo desde entonces. Ahora ya, años después, cuento con un arma muy importante a mi lado, la experiencia. Ya he tratado 10, 20 o 100 veces la mayoría de las lesiones que pasan por mi consulta. Mientras trato a esos pacientes se me vienen a la cabeza situaciones similares que ya he tratado hace muchos años – “esta es la misma lesión que aquella persona en San Diego”- o -“a esa paciente le vino bien esta forma de tratar la lesión, voy a hacer lo mismo”-. 

También he aprendido a leer a los pacientes, a saber quienes se van a preocupar por curarse o quienes vienen a por el milagro. Esto es muy importante, ya que en función de las características del paciente y su lesión he aprendido a ajustar el tratamiento y, sobre todo, el mensaje que quiero dar. Algunos pacientes se preocupan por hacer ejercicios en casa, por ir al gimnasio, por no jugar al tenis o correr con dolor. Otros nunca llegan a hacer nada, vienen, se tratan y nos vemos la próxima semana. La experiencia es algo muy importante y sin ella es muy difícil ayudar a que a una persona le desaparezca el dolor. 

Aun así en los últimos años ha crecido en mi un sentimiento de frustración. En muchos casos no me quedo satisfecho con el devenir de los pacientes y su dolencia. Siento como que algo falta, como que los tratamientos a veces no son suficientes. Falta un componente más, algo que mejore la probabilidad de curación del paciente y, por ello, después de darle muchas vueltas, he decidido dar un giro profesional para complementar y mejorar lo que vengo haciendo. 

Por lo tanto – redoble de tambores – os presento el nuevo y único servicio de coaching de lesiones. ¿De que se trata? En esencia, se trata de ayudar a pacientes con dolencias crónicas. Normalmente estos pacientes están en una situación de desamparo y no saben por que dirección seguir. Ya han probado muchos tratamientos, han visitado a múltiples médicos y fisioterapeutas. Lo que tienen en común es que, después de meses o años, su dolor sigue ahí.

El primer objetivo es reducir o mejorar el dolor, pero el segundo objetivo, también muy importante, es reducir la ingesta de medicamentos y, sobre todo, evitar las intervenciones quirúrgicas. Consigamos que el cuerpo, con nuestra ayuda, se cure por si solo. 

Tengo la confianza y convicción que todo puede mejorar. Solamente hay que escuchar, hablar y encontrar la solución al problema. Existen infinidad de tratamientos, miles de especialistas, millones de opiniones. El camino a la curación está ahí, solo hay que encontrarlo. El éxito normalmente viene por una combinación de acciones y técnicas. Una intervención, un tratamiento, una cirugía… no suele ser suficiente.

Con este nuevo servicio lo que quiero es ayudar. No solo tratar, cobrar y pasar página, ya sea con éxito o fracaso. Quiero que al paciente le cambie la calidad de vida, que pueda volver a estar sentado sin dolor, a conducir más de 1 hora, a jugar al padel con los amigos o a correr por el campo.

Aparte de mis tratamientos, he seleccionado cuidadosamente una red de profesionales y servicios que nos pueden ayudar a conseguir el objetivo y que complementan perfectamente mis tratamientos.

Todo empieza por una conversación antes de pasar a la acción. Juntos buscaremos la solución.

 

La historia de un dolor de espalda.

Tiempo de lectura: 4 minutos

“Qué alegría poder pasar una velada tan divertida, después de la que ha caído.” Esto fue lo que pensó Esther al llegar a su casa después de una noche de cena, copas y risas con los amigos de siempre. En aquél frío día de febrero, en el que parecía que iba a nevar, celebraron su 45 cumpleaños. No hicieron nada especial, simplemente estar sentados, comer, beber y contar batallas del pasado. El tiempo pasó como si nada, la única preocupación de Esther era la de escuchar aquellas historias, aportar sus propias experiencias y reírse a carcajada limpia con sus compañeros del instituto. 

Nada que ver con su 46 cumpleaños. Solo había pasado un año pero nada fue igual. Quedaron en el mismo restaurante, los mismos amigos, pero había una gran diferencia. Esther ya no podía concentrarse en las conversaciones, lo intentaba con toda su voluntad, pero un dolor puntiagudo, en la espalda, entre las escápulas, la impedía estar sentada con comodidad. Ya no se reía tanto. Intentaba reclinarse bien en el respaldo de la silla, apoyar los codos sobre la mesa, sentarse recta como una pianista… nada servía, el dolor seguía ahí. Después de los postres sucumbió al dolor, aceptó la derrota y se marchó a casa. Necesitaba imperiosamente tumbarse en la cama para que ese persistente dolor desapareciese. Esa era la única posición en la que estaba cómoda y podía respirar. Eso casi siempre, ya que últimamente, a veces hasta en la cama sentía el dolor. Tumbada ahí en su cama, mientras que sus amigos estaban de copas, pensaba en qué había cambiado su vida para que ya ni pudiese estar más de una hora sentada sin que el dichoso puñal de la espalda hiciese acto de presencia. 

Esther era una enfermera de profesión y vocación. Llevaba más de 20 años rotando por distintos departamentos del hospital, ayudando a pacientes con variedad de enfermedades. Ahora llevaba ya 6 meses de baja. Fue por recomendación de una compañera, que al verla gemir de dolor al guardar unos clasificadores en una estantería, le dijo que por favor se pidiese la baja, que no podía seguir viéndola así. Ya había ido a ver a varios médicos; una resonancia, una ecografía, un TAC, una analítica de sangre. Ventajas de trabajar en un hospital. Pero nadie le había dado una solución, tampoco una explicación. No había hernias, protusiones, estenosis, osteofitos, fracturas… Todos coincidían y pensaban que su problema era muscular. Tal vez la pandemia, el estrés, la inactividad, la premenopausia, o algo llamado fibromialgia. Daba lo mismo. La cuestión es que el dolor no mejoraba. Esther se había gastado parte de sus ahorros en osteópatas, quiropractores y fisioterapeutas. Si por lo menos supiese la causa del dolor. Si se hubiese lesionado el hombro jugando al padel, si se hubiese pinzado un menisco entrenando para un maratón, esto al menos tendría sentido.

Consultando con el doctor Google tampoco encontró nada esclarecedor. Solamente comprobó que había mucha gente con su mismo dolor. Lo llamaban contractura interescapular, dorsalgia o contractura paravertebral. ¿Pero una contractura no podía durar meses o años? Eso es lo que pensó. Ella se llenaba de optimismo cuando pensaba que no tenía ninguna lesión grave, nada que se viese en las imágenes radiológicas, pero el pesimismo aparecía, como una nube negra, cada vez que el dolor se hacía insoportable. 

En esta situación dejamos por el momento a Esther, un personaje ficticio pero con una patología muy real y similar a la de muchos pacientes que pasan por mi consulta diariamente. 

En el caso de los dolores inter – escapulares todo parece muy sencillo. Es un dolor muscular que empieza un día sin motivo aparente. La posible explicación es la del círculo vicioso de dolor – contractura – debilidad – incapacidad, una rueda que se desliza como una avalancha colina abajo. Para solucionar el problema hay que cortar este círculo vicioso. Fortalecer los músculos, oxigenar la zona y conseguir realizar los movimientos dolorosos sin que moleste. Esta, por lo menos, es la teoría. Pero como hemos comentado, en este tipo de lesiones, las “no explicables”, las que normalmente aparecen en la espalda, no se pueden utilizar la misma lógica ni los mismos procedimientos que con una lesión más común, como un codo de tenista o una tendinopatía de aquiles. En éstas, más predecibles, podemos saber casi con total seguridad como va a evolucionar la lesión. Con lo tratamientos adecuados, los ejercicios en casa, las recomendaciones correctas, la mejoría está casi asegurada.

El dolor de Esther, o otros similares como las lumbalgias o el dolor de cuello, requiere un enfoque diferente, más complejo. Lo podemos llamar un tratamiento de ensayo – error. Al no saber cómo va a reaccionar la lesión, primero tenemos que encontrar el tratamiento que sirva como llave para esa puerta concreta. En la primera sesión realizaremos el tratamiento más efectivo según nuestra experiencia, siempre dentro de la filosofía Thimblex. Normalmente este tratamiento ya provocará mejoría. En la segunda sesión, viendo como ha evolucionado el dolor, volveremos a repetir el mismo tratamiento, si el primero ha sido efectivo, o lo intentaremos cambiar si los resultados no han sido satisfactorios. Así en sucesivas ocasiones hasta conseguir una mejoría, por pequeña que sea. Una vez que logremos esa mejoría nos tenemos que agarrar a ella, con uñas y dientes, y seguir por ese camino. Esto no quiere decir que el paciente ya esté curado, simplemente habremos ganado un set, el partido todavía queda lejos. Tampoco que ese sea el único tratamiento factible. 

Esta forma de trabajar es la mejor manera de obtener buenos resultados. Siempre que el paciente siga confiando en nosotros y que siga acudiendo a la consulta, la curación está casi asegurada. Utilizaremos el mismo procedimiento con los ejercicios que tiene que realizar el paciente en casa, lo que nosotros llamamos micro ejercicios. Estos ejercicios están seleccionados para poder ser realizados 2 o 3 veces al día. Son ejercicios muy específicos y con ellos pretendemos influenciar positivamente sobre los músculos y articulaciones relacionados con la lesión. Este binomio de tratamiento Thimblex y micro ejercicios es la combinación ganadora. 

¿Por tanto, qué le podemos recomendar a Esther? Muy sencillo. Que se llene de optimismo, que luche y trabaje día a día para deshacerse de ese dolor, que confíe en el fisioterapeuta, que deje de buscar soluciones en internet, que no escuche a la gente con consejos de tratamientos milagrosos y que visualice su 47 cumpleaños rodeada, entre risas, de sus amigos de siempre. 

¿Qué camino elegir para curar tu lesión?

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Recuerdo una película que vi hace años: “Dos vidas en un instante”. Empezaba con la protagonista, Helen (Gwyneth Paltrow), despidiéndose de su pareja y saliendo del apartamento rumbo al metro. Una vez en el andén la trama se dividía en dos. En la primera ella se daba cuenta que se había olvidado algo en casa y volvía al apartamento, donde se encontraba a su pareja en brazos de otra mujer. En la segunda, ella cogía el tren y seguía con su día a día sin tener conocimiento que su novio le estaba siendo infiel. La película va saltando de una versión a otra y, solamente en una de ellas, ella consigue llegar a un final feliz “hollywoodiano”.

Uno se puede preguntar. ¿Qué tiene esto que ver con lesiones y fisioterapia? En esencia todo y nada: Siempre hablando de lesiones articulares, musculares o tendinosas, una lesión tiene un comienzo, un punto de salida, como el momento en el que Helen llega al andén del metro y decide volver al apartamento. El corredor o corredora normalmente puede identificar con exactitud ese momento: “Me empezó a doler el día de las series en la pista.” A partir de aquí la “trama” de la lesión puede transcurrir por varios caminos y el corredor o corredora, con sus acciones, es 100% responsable del desenlace de la lesión. 

El corredor o corredora puede hacer caso omiso al dolor y decidir seguir corriendo con este pensamiento en la mente: “¡Ya se pasará!”. Esta lógicamente sería la versión que suele acabar mal. Al seguir entrenando y acudiendo a carreras el dolor se va a ir instaurando poco a poco en su cuerpo. Puede que tenga días con menos dolor, días en los que ve el final del túnel, pero estos días suelen solaparse con otros malos que le llevan a perder la paciencia. Los tratamientos de fisioterapia pueden ayudar mucho, pero su eficacia se ve disminuida si al salir de la consulta el paciente se va a hacer cuestas o series con dolor. Siguiendo este camino la lesión rara vez desaparece. Pasados unos meses es posible que la situación siga siendo la misma. Toca sentarse, evaluar, ver opciones y casi siempre hay que tomar la dolorosa decisión de parar unos meses. Lo que podría haberse solucionado en 2 semanas se convierte en un calvario de 5 o 6 meses que puede acabar en tratamientos como las infiltraciones o incluso en operaciones. Una vez que una lesión se cronifica (dolor más de 4 semanas) las cartas con las que jugamos van a ser peores. Va a costar mucho más esfuerzo conseguir desquitarse de ella. 

La versión del final feliz es naturalmente la más bonita y puede seguir los siguientes pasos desde que se siente el primer dolor. El corredor o corredora decide parar y descansar unos días, momento que aprovecha para ir al gimnasio, a la piscina o a hacer ciclismo. Acude al fisioterapeuta con dos objetivos claros: Por un lado descartar que la lesión sea seria y necesite consultar con un médico y, por otro, recibir tratamientos que aceleren la recuperación. La lesión, poco a poco, va a ir doliendo menos, ya no duele al andar o subir escaleras, y llega un momento en el que decide correr 8 o 10 minutos para ver como se encuentra. Esta carrera corta solo se deberá de realizar si no hay dolor, o si el dolor es casi inapreciable. Correr con dolor, aunque sean 2 kilómetros, puede agravar y atrasar la recuperación. Si todo va bien y no hay dolor esas pequeñas carreras se pueden ir aumentando día tras día hasta que se consiga correr unos 45 minutos sin dolor. En este momento se puede decir que se ha curado y puede retomar sus entrenamientos. 

Todo este proceso, en el mejor de los casos, puede durar de 1 a 2 semanas. Un tiempo casi inapreciable si se compara con lo que puede pasar si tomamos el camino equivocado. 

Casi todas las películas de Hollywood tienen un final feliz. Helen, es decir Gwyneth, acaba feliz al lado de James, su amigo confidente de toda la vida. Para que vosotros corredores, los protagonistas de vuestra historia, acabéis felices corriendo por parques y bosques, solamente tenéis que elegir la versión correcta desde el principio y seguir esta máxima: ¡Nunca correr con dolor! Correr con agujetas o dolores musculares es aceptable y, a veces, necesario, pero correr con un pinchazo en un tendón o dolor en una articulación no tiene ningún sentido a largo plazo. 

El poder de las manos

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Acabo de encontrar un artículo que me ha alegrado el día. Es un artículo publicado el 6 de Octubre de 2021 en “The Harvard Gazette” (Lindsey Brownell) y en él se habla de los efectos del masaje sobre los músculos. Ya solamente la introducción del artículo me ha convencido: 

“Los masajes sientan bien, pero ¿realmente aceleran la recuperación muscular? Resulta que lo hacen. Los científicos del Instituto Wyss y de la Escuela de Ingeniería y Ciencias Aplicadas John A. Paulson de Harvard aplicaron fuerzas precisas y repetidas (similares al masaje) a los músculos lesionados de patas del ratones y descubrieron que se recuperaban más fuerte y más rápido que los músculos no tratados, probablemente porque la compresión exprimía las células causantes de inflamación de el tejido muscular”

Ya me quedo más tranquilo. Resulta que casi todo lo que hecho laboralmente los últimos 25 años ha sido dar masajes. Siempre he sido un defensor del masaje y, en cierto sentido, un detractor de las máquinas terapéuticas en fisioterapia. En mi opinión un buen fisioterapeuta, antes que fisioterapeuta, debería ser un buen masajista. Aprender a tratar, sentir y curar con las manos. 

Es por este motivo que el estudio de la Universidad de Harvard ha tocado mi fibra sensible. Comentan los autores que en el proceso de regeneración de las fibras musculares existe una conexión muy clara entre el masaje y la función inmunológica. El masaje duplicó la tasa de regeneración muscular y redujo la cicatrización tisular después de dos semanas.

La explicación que dan es que con el masaje se consiguen “exprimir” fuera de las fibras musculares a neutrófilos y citoxinas (sustancias inflamatorias). Estas sustancias son importantes para la regeneración en las etapas iniciales de curación, pero es igualmente importante que la inflamación se resuelva rápidamente para permitir que los procesos regenerativos sigan su curso completo. 

Termina el artículo con esta conclusión del autor: «Estos hallazgos son notables porque indican que podemos influir en la función del sistema inmunológico del cuerpo de una manera no invasiva y libre de drogas”

En una época en la que se tiende cada vez más a la fisioterapia invasiva y eléctrica, este artículo se puede ver como algo “refrescante”.

Termino con esta reflexión propia: ¿Por qué empeñarnos en inventar y crear terapias tecnológicas sofisticadas o tratamientos invasivos si lo que tenemos en nuestras manos, lo que llevamos realizando cientos de años es efectivo, igual o más que cualquier aguja o corriente?

 

Correr o no correr. Esa es la cuestión.

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Sobre lo que hay que hacer una vez que sientes un dolor al correr. 

Un opositor a policía se hace daño en el tendón de aquiles corriendo series, dos semanas antes de la pruebas físicas que incluyen un 100 y un 800 metros lisos. A un corredor de montaña experimentado le empieza a doler la parte interna de la rodilla mientras prepara un Trail de 20 kilómetros. Estos son solo dos ejemplos de lesiones muy usuales en corredores. Tienen en común que son lesiones derivadas de la práctica deportiva, pero el enfoque a la hora manejar los descansos, las cargas y los tratamientos son muy diferentes. ¿Qué es lo recomendable cuando notas un dolor? ¿Parar completamente o seguir corriendo aunque duela?

La mejor forma para conocer la respuesta a estas preguntas es analizando cómo se ha producido la lesión, cuál y cómo fue el primer momento en el que el corredor sintió el dolor. Con esta información un terapeuta o médico experto puede pronosticar -si se siguen todas las pautas de recuperación recomendadas- cuanto tiempo va estar el atleta alejado de las zapatillas. Estamos hablando siempre de lesiones leves o medianas (grado 1 o 2) de tendones o músculos y lesiones de desgaste articular. Lesiones graves, rupturas severas o politraumatismos no siguen las mismas pautas de recuperación. 

Empecemos por el opositor a policía. Como hemos descrito el dolor apareció en un momento determinado en una serie de 200 metros. Sabemos exactamente el momento y la zona del dolor. También tenemos una idea de la severidad de la lesión ya que el dolor fue tan fuerte como para que el corredor tuviera que parar de correr; pero no tanto como para no poder andar sin molestias. Por ello podemos decir que la aparición de la lesión fue instantánea y aguda. Con toda esta información y ante la ausencia de hematoma o hinchazón, nuestro diagnóstico tentativo es el de tendopatía leve. Siempre es interesante corroborar este diagnóstico con una ecografía o resonancia magnética, pero frecuentemente no podemos contar con estos métodos. A partir de aquí entra en juego la primera regla que queremos comentar en este artículo: Una lesión que viene de forma repentina normalmente se cura sola. Si observamos las tablas de recuperación de distintos tejidos podemos comprobar que una lesión leve o moderada en un tendón tarda de tres a siete semanas en curarse. Si se trata de un músculo el tiempo de recuperación es menor, de una a cuatro semanas. Este tiempo puede parecer un mundo para un corredor, pero no es nada comparado con los meses que puede tardar en conseguir correr sin dolor si no sigue las siguientes recomendaciones: 

  1. Uno de los aspectos más impresionantes del cuerpo humano es la habilidad de curarse por si mismo. Si a un músculo o tendón le das la oportunidad y condiciones va a mejorar con el tiempo, sin excepción. 
  2. Por el contrario, si a ese músculo o tendón, mientras está lesionado, lo estresas con ejercicio intenso o movimientos dolorosos no vas a permitir que se cure y la lesión se puede cronificar. 
  3. Una lesión en un cuerpo humano sano se va a curar más rápidamente. Comer y beber bien, dormir bien, realizar ejercicio que no involucre a la zona lesionada siempre va a ser positivo. 

¿Que le podemos recomendar al opositor de policía? Que no corra con dolor, que procure mantenerse en forma con otro tipo de activad como la maquina elíptica o la bici, que mantenga la fuerza con ejercicios que no dañen a su tobillo, que se trate con fisioterapia y que unos días antes de la oposición empiece a correr de forma suave y progresiva. Lo más importante es que nunca corra con dolor. Ésto solo va a alargar el tiempo de recuperación. 

Pasemos ahora al corredor de montaña de mediana edad. En este caso la persona no recuerda cuando empezó a dolerle la rodilla. Tampoco le duele siempre. A veces el dolor le viene en gestos como salir del coche o al estar mucho tiempo sentado con la rodilla doblada, aunque mayoritariamente correr es lo que reproduce el dolor. Por la localización, la edad del corredor y el mecanismo de producción -aparición progresiva – podemos intuir que se trata de una lesión crónica de desgaste. Si hay que apostar por algo pondríamos todas nuestras fichas en un “sufrimiento” del menisco interno o algo relacionado con el cartílago. En conclusión nada que se pueda solucionar rápidamente con una operación o inyección. Al contrario que con el opositor a policía, lo que es recomendable en este caso es no parar. Una lesión de aparición progresiva tarda más en curarse pero no requiere reposo absoluto. Lo que hay que conseguir es adaptar la practica deportiva para que al realizarla no provoque dolor. La recuperación tiene que caminar paralelamente al entrenamiento. El tiempo de recuperación en este caso depende de muchos factores, no suele ser suficiente con el reposo. Siguiendo estas indicaciones podremos mejorar un dolor crónico suficientemente como para poder seguir corriendo sin dolores molestias. Hablamos de mejorar lo suficiente ya que muchas lesiones crónicas derivadas de la actividad y edad nunca llegan a curarse totalmente: 

  1. Lo primero que podemos influenciar es el lugar por donde corremos, siendo el césped la superficie ideal, pero la más práctica y accesible para corredores suelen ser los caminos de tierra. 
  2. Lo segundo que podemos mejorar es la técnica de carrera. Existen nuevas escuelas de correr como el Chi Running que se basan en correr con pasos mas cortos y el centro de gravedad bajo. Este puede disminuir el estrés que soportan las rodillas y caderas.
  3. Fortalecimiento de pies. Se dice que los buenos corredores corren con los pies. Trabajar ejercicios de técnica de carrera, fuerza, elasticidad de tobillos y, en general, movilidad de las piernas puede ayudar enormemente.
  4. Hacer sesiones combinadas con bicicleta o eliptica. Por ejemplo, para una sesión de una hora, hacer la mitad en bicicleta y la otra corriendo, sin descanso entre las dos. Conseguiremos los beneficios de una sesión de una hora pero nuestras rodillas solamente “sufrirán” el impacto durante 30 minutos. 
  5. Correr en días alternos. Siempre dejar un día entre medias para que el cuerpo pueda recuperarse. 
  6. Sesiones de fisioterapia que combinen la movilidad articular y la liberación fascial y muscular son muy efectivas en este tipo de lesiones. Articulaciones sueltas y músculos “disparando” bien es la clave del éxito. 
  7. Correr siempre sin dolor, sobre todo si el dolor va aumentando a medida que pasan los kilómetros. 

Hemos podido ver dos ejemplos de lesiones. En los dos casos la forma en la que afrontemos la lesión será clave para poder volver a correr sin dolor lo antes posible. Es importante resaltar que un tejido (tendón, músculo) dañado tarda un tiempo determinado en curarse. Esto es inamovible, no hay forma de acelerar la regeneración por muchos métodos mágicos que nos ofrezcan. Por otro lado una lesión crónica puede empeorar con reposo al perder tono muscular y flexibilidad en las articulaciones. Saber qué hacer en cada caso es la clave del éxito y todo empieza por confiar en un profesional con experiencia tratando lesiones similares. 

 

Fundamento 2 de la terapia Thimblex

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LA CLINICA ES SOBERANA

(la importancia de escuchar al paciente)

¿Hacia dónde debe dirigir la mirada el fisioterapeuta, hacia el paciente que nos describe las características de su lesión o hacia la pantalla del ordenador donde se encuentran los resultados de las pruebas radiológicas?

Históricamente a los fisioterapeutas les valían para diagnosticar y prescribir el tratamiento con su mirada, sus pruebas diagnósticas y su experiencia. Ellos eran los únicos responsables de su diagnóstico y tratamiento. Hoy parece que esta responsabilidad está compartida. Otro saber, el tecnológico, le disputa ese protagonismo. 

 

La realidad es que en raras ocasiones el paciente que acude a una consulta de fisioterapia no ha realizado ya alguna prueba diagnóstica; desde una simple radiografía o algo más complejo como una ecografía o resonancia magnética. A su vez con el diagnóstico médico y con la información de estas pruebas, que se pueden leer en el informe, el paciente en muchas ocasiones se ha pasado horas investigando en internet las causas y los tratamientos más efectivos para su dolencia. Podemos decir que el paciente ya acude a la consulta de fisioterapia “viciado o sugestionado” por la información recibida, con una idea aproximada – a veces errónea – de cuáles son los pasos que tiene que seguir para curarse. Por su parte el fisioterapeuta, aun antes de ver al paciente, ya ha recibido información de la lesión del mismo, bien por que ha leído el informe de la resonancia o ecografia o bien por que el paciente le ha comunicado con qué lesión cree venir. 

Este exceso de información, previa a la primera sesión, va en detrimento de un buen diagnóstico fisioterapéutico. El primer encuentro entre paciente y fisioterapeuta debería ser como una hoja en blanco en la que se va dibujando la historia de la lesión, empezando por el primer instante en el que aparece la lesión y terminando por el estado de la lesión en ese momento.  

Esta primera consulta será siempre una conversación entre el terapeuta y el paciente, un cruce de preguntas y respuestas tipo: ¿Cómo empezó la lesión, en qué gestos duele más, qué es lo que alivia el dolor? Una vez finalizada esta conversación se pasará al segundo paso, al estudio minucioso de la zona dolorosa, de los movimientos que molestan, de los músculos que están desactivados o contracturados, de la calidad de la piel o de la amplitud de las articulaciones. Aquí entra en juego otra arma importantísima que posee un buen terapeuta, la palpación. En todo este proceso la mirada y los sentidos del terapeuta tienen que estar puesta en el paciente y no en una pantalla. El paciente es el centro de atención. Con todos los datos obtenidos en esa primera “entrevista” el terapeuta ya puede tener una idea bastante clara de la lesión del paciente, material informativo suficiente para empezar con el tratamiento.   

El tercer paso se centra en la confirmación o rechazo de nuestro diagnostico mental, y para descartar posibles complicaciones en forma de fracturas óseas o roturas de tejidos blandos, será analizar las pruebas radiológicas con las que contemos. Este debe de ser el primer momento en el que el foco de atención se desvía del paciente y pasa al ordenador, resonancia o pantalla.

El orden de los pasos comentados: a) conversación, b) estudio-palpación de la zona dolorosa y c) confirmación “tecnológica” es a mi entender el mejor camino hacia la curación. Si a estos tres pasos le añadimos la experiencia del terapeuta, sobre todo tratando lesiones similares y, más importante, su intuición, entonces las posibilidades de éxito y curación aumentan exponencialmente. 

Como dice el titulo de este articulo, la clínica es soberana y esto quiere decir que lo que nos cuenta el paciente, sus síntomas, dolores, quejas son una información muy importante a tener en cuenta. Los avances tecnológicos y científicos buscan dar una respuesta concreta y precisa a la lesión, pero no todas las respuestas están en las imágenes. Hay que buscar más allá, hacer una labor de detective, de Dr. House, de Sherlock Holmes. La explicación de una lesión puede encontrarse en cosas tan triviales como la forma de dormir del paciente, el modelo de silla que utiliza en el trabajo o en qué mano lleva las bolsas de la compra.

Fundamento 1 de la terapia Thimblex

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La noción de que una lesión o dolor se va a curar solamente con un tratamiento no es realista. Toda curación requiere de la colaboración y participación activa por parte del paciente. 

“What comes easy won’t last, and what lasts won’t come easy.” 

Ntsiki Kacaleni

Tres características negativas del ser humano pueden entrar en juego a la hora de recuperarse de una lesión crónica, ya sea deportiva o postural. 

La primera es la pereza, la falta de motivación o simplemente la falta de interés. “Quien algo quiere algo le cuesta”. Esta es una frase que también es aplicable a la recuperación de lesiones. Todo tratamiento tiene que ir acompañado de ejercicios en casa, de una vida sana y de una alimentación correcta. ¡Si quieres curarte tienes que salir de tu zona de confort! Es fundamental que participes activamente, siempre siguiendo unas indicaciones claras, sencillas y que tengan su lógica. 

La segunda es la impaciencia. Cada vez más nuestra sociedad está marcada por la inmediatez. Queremos resultados ahora mismo. No estamos acostumbrados a ser constantes, a luchar por algo,  a ser obstinados; y la recuperación de una lesión crónica necesita justo eso, obstinación y testarudez. Hay que trabajar día a día aunque los resultados positivos no sean visibles o notables al principio, ya que, tarde o temprano, llegarán. 

Para toda recuperación el paciente se tiene que involucrar. No existe otra forma: trabajo y constancia. Como tampoco existen los tratamientos mágicos. Esta es la tercera ansiedad negativa del ser humano: La búsqueda del milagro. Actualmente no existe en el mundo ninguna inyección, cirugía, pastilla, manipulación, masaje… que cure una lesión crónica en una o varias sesiones y sin la colaboración del paciente. La responsabilidad de la recuperación tiene que ser compartida, por el terapeuta con su tratamiento por un lado y por el trabajo del paciente por otro. Hay que desconfiar de aquellos que nos quieren vender un tratamiento milagroso y confiar más en aquel terapeuta que nos explique la situación, nos de confianza y nos acompañe en el duro camino de la recuperación. 

Por otro lado hay una característica del ser humano que casi siempre vence a todo lo negativo y no es otra que la persistencia. Quizás no a la primera, pero con el tiempo, el paciente va a identificar a quien realmente quiere ayudarle o el tratamiento que realmente le va a ayudar. Es aquí donde se produce la magia y no en las inyecciones o cirugías. Es la voluntad del paciente por curarse y, por qué no, su cabezonería, lo que va a marcar la diferencia. El tratamiento tiene que ser el empujón inicial que hace rodar al tren, pero lo que realmente consigue que el viaje llegue a su destino, a la curación, va a ser el trabajo diario y la colaboración por parte del paciente.

3 ejercicios que te mantendrán alejado de las lesiones

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Creo que lo leí en algún post de Facebook. Una de esas fórmulas mágicas que tanto venden en la actualidad. “Si haces esto vivirás sano y feliz”. No le presté atención en un primer momento pero más tarde fui recordando lo que ponía en el artículo y me pareció que realmente tenía mucho sentido. Decía algo así como que simplemente haciendo tres ejercicios o acciones al día se podía tener un cuerpo equilibrado y evitar lesiones. Me recordó un poco a algo que le enseñaron a mi hija en California en un curso de ciclismo, el ABC check que hay que hacer antes empezar a montar en bici. Comprobar el Air (aire de las ruedas), Brakes (frenos) y Chain (cadena). 

Lógicamente el cuerpo humano no es una máquina ni tampoco tiene ruedas ni cadena. Pero si tiene articulaciones, pulmones y corazón (entre otras muchas cosas) y son en estas tres estructuras en las que se centraba el post de Facebook. La idea es que manteniendo las articulaciones libres y el sistema cardiovascular trabajando de manera eficaz podemos mantenernos alejados de muchos dolores y patologías. 

Así que, sin mayor dilación, aquí están los tres ejercicios que hechos todos los días conseguirán mantenerte alejando de lesiones: 

  1. Postura de cuclillas o Malasana durante 2 minutos al día. Para la mayoría de nosotros ya solo adoptar esta postura puede ser algo incómodo o difícil al principio. Pero con constancia todo el mundo puede llegar a mantener esta postura por un espacio prolongado de tiempo. Esta postura es una maravilla ya que garantiza que los tobillos, rodillas, caderas y columna lumbar tengan una movilidad correcta.  
  1. Colgarse de los brazos 2 minutos al día. Este ejercicio consigue mantener los hombros y la columna vertebral en buenas condiciones y evitar rigideces que puedan llevar a lesiones.  Igual que con el primer ejercicio al principio no es fácil realizarlo de forma prolongada pero con la práctica se puede conseguir. Podemos empezar haciendo series de 15 – 20 segundos e ir aumentando con los días.
  1. Por último, andar. Los 10000 pasos recomendados en las aplicaciones del móvil son una buena medida, equivalen a unos 6 kilómetros que provocarán una activación del sistema cardiovascular y muscular. Los beneficios son ampliamente conocidos y van desde disminuir la tensión arterial, controlar el colesterol, mantener el peso a raya hasta actuar como terapia psicológica y anti estrés. No tenemos por qué hacer los 10000 pasos de una tacada. Pequeños paseos repartidos durante el día es perfectamente válido. 

Todo esto suena muy simple pero como dijo alguien alguna vez… la simplicidad es la máxima sofisticación. 

Grandes novedades.

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La próxima vez que acudas a mi consulta de la Calle Costa Rica o de Las Rozas vas a experimentar en primera persona las últimas novedades que he introducido. Para empezar he adquirido un software nuevo con el que juntos vamos a poder registrar los avances en el dolor, en el lugar del dolor y, en general, en el estado de la lesión. Cada sesión iremos anotando los distintos cambios para así poder evaluar tu progreso. 

También en cada sesión vamos a realizar un rápido análisis termográfico. Durante las últimas semanas me he estado formando en una novedosa técnica de evaluación utilizando una cámara termográfica. Nunca he visto nada igual. El método es rápido y nos va a dar una idea bastante detallada de las zonas a tener en cuenta a la hora de realizar el tratamiento.

Como siempre el tratamiento es 100% manual y seguimos contando con el programa “preventOK” para que puedas realizar los ejercicios en casa. 

En definitiva este es uno de los mayores cambios que voy a realizar en mis más de 25 trabajando como fisioterapeuta. 

Espero que sea de vuestro agrado. 

Un abrazo. Juan. 

Toda curación empieza por una hipótesis.

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Durante todos los años que he estado trabajando como fisioterapeuta siempre me he apoyado en cuatro herramientas de diagnóstico: 

  • Mi experiencia. 
  • Mi intuición. 
  • Varias pruebas funcionales articulares y musculares. 
  • Mis manos. 

Me han sido muy útiles pruebas complementarias de diagnóstico como la resonancia magnética o la ecografía, pero mayormente estas pruebas las he considerado importantes para descartar que el paciente tuviera roturas o lesiones más graves. Nunca he querido hacer yo las ecografías ni me considero un experto leyendo resonancias. Eso se lo dejo a los especialistas. 

Recientemente he descubierto dos herramientas de diagnóstico que se complementan muy bien con las que he comentado arriba:

  • El análisis de las adherencias de la piel, lo que yo llamo stoppers. 
  • La termografía clinica. 

Los stoppers son, a mi entender, zonas del cuerpo donde existe un estancamiento de fluidos que puede llegar a afectar negativamente a los músculos. A groso modo, al pegarse la piel al músculo se impide una correcta vascularización con el consecuente detrimento en la eficacia del músculo y los movimientos. Este análisis y tratamiento es el que yo llamo Thimblex. 

Por último he introducido la termografía como ayuda al diagnóstico. Es una forma de analizar el cuerpo, buscando siempre las variaciones en la temperatura que pueden ser debidas o causadas por contracturas, roturas o inhibiciones musculares. 

En definitiva, lo que pretendo con cada paciente es dar con la causa de los dolores o, por lo menos, crear una hipótesis que sirva como guía de tratamiento.

Diez razones por las que elegir Thimblex

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En este artículo puedes leer todas las ventajas de la terapia Thimblex y sus centros en Madrid.

  1. Llueve, truene o nieve trabajamos con las ventanas abiertas. Desde que entramos en esta desafortunada pandemia hemos seguido las indicaciones de las autoridades y la comunidad científica. Limpieza de sala entre cada paciente, mascarillas FfP2 en todo momento y ventilación adecuada. No hemos tenido ningún problema hasta la fecha y esperamos seguir así.
  2. Te lavamos el coche mientras recibes el tratamiento y además te ahorras el parking. Esta es una iniciativa que surge de la conveniencia de tener uno de los mejores túneles de lavado de coche en el mismo edificio. Por cada bono de 4 – 6 – 8 sesiones podrás lavar el coche una vez de forma gratuita.
  3. Complementamos todas las sesiones con el programa de ejercicios en casa preventok.com. Horas después de terminar el primer tratamiento recibirás por correo electrónico o WhatsApp los videos con los ejercicios que consideramos puedes realizar en casa por tu cuenta. De esta forma nos ayudarás a que nuestros tratamientos sean mucho más eficaces.
  4. 25 años de experiencia en nuestras manos. Juan Reque lleva más de 25 años trabajando con las manos: 13 años viajando por el mundo tratando a los mejores tenistas, 15 años con consulta propio en Madrid, Los Angeles y San Diego y miles de tratamientos realizados. Su método, como no puede ser de otra forma, es muy suyo y muy particular. Una combinación de todo lo que ha aprendido en todos estos años.La figura del fisioterapeuta
  5. Realización de tu mapa corporal. Esta es una última novedad. En todos los pacientes nuevos se realizará un estudio de las tensiones musculares y fasciales que rodean a la lesión. Nosotros lo llamamos la búsqueda de los “stoppers”. Esta es una magnifica forma de poder hacer un seguimiento y ver la evolución de la lesión semana tras semana.
  6. Dos centros en las mejores zonas de Madrid. Nuestras consultas cubren la zona norte de Madrid. Por un lado la zona de Chamartín/Arturo Soria/Plaza Castilla y por otro la zona de Las Rozas/Majadahonda/Pozuelo/Torrelodones. Las dos consultas tienen facilidad de aparcamiento, sala de espera, luz exterior y ventanas.
  7. Nuestra famosa goma elástica. Durante el mes de febrero los pacientes que compren un bono recibirán una de nuestras gomas elásticas para realizar los ejercicios. Los ejercicios de nuestro programa están diseñados para ser realizados con esta goma o alguna similar. El valor de la goma es de 15 Euros.
  8. Posibilidad de reserva online. Nuestra página web permite hacer reserva online. Solo hay que seguir los pasos, elegir el centro y hacer la reserva. Recibirás una confirmación una vez que hayas realizado la reserva de forma correcta.
  9. Tratamiento con los dedales Thimblex. Juan Reque lleva ya más de 7 años desarrollando su forma de tratamiento que utiliza sus dedales. Se utilizan para liberar la piel y la fascia y para activar músculos «dormidos». Estos dedales se complementan perfectamente con otros tratamientos como las movilizaciones o el masaje transverso profundo.
  10. Por último confianza al 100%. Si consideramos que no somos capaces de tratar tu lesión o que hacen falta pruebas diagnósticas o que veas a otro especialista te lo diremos sin problema. Solo tratamos lesiones que sabemos que pueden mejorar (mejora no quiere decir curación total). Es tal nuestra confianza en nuestro método que si el paciente, con una lesión que sabemos que podemos tratar, no mejora en las sesiones establecidas le devolveremos su dinero. 

Lista de terapias para lesiones deportivas

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Durante los últimos 20 años he estado investigando y probando diferentes terapias para tratar lesiones crónicas deportivas. He hecho una lista con las más significativas que podéis ver en este artículo. Para gustos los colores, hay infinidad de formas distintas de tratar una lesión. Cada una tiene su justificación y su lógica. Para mi lo importante es que el terapeuta esté convencido de que su terapia tiene sentido y es efectiva. Al final la experiencia es lo que diferencia a un terapeuta de otro. Probamos, vemos resultados, desechamos terapias y volvemos a probar. Ante todo hay que ser sinceros con el paciente y no intentar abarcar demasiado.

Por último. Aun habiendo visto y probado todas estas terapias considero que Thimblex es la opción más efectiva en esta lista de lesiones:

– Tendinopatía de manguito de rotadores
– Tendinopatía de biceps braquial (dos cabezas)
– Codo de tenista (epicondilitis)
– Codo de golfista (epitrocleitis)
– Lesión de menisco interno
– Tendinopatía rotuliana de rodilla
– Tendinopatía patelar de rodilla
– Tendinopatía aquíla
– Fascitis plantar

Estas son las terapias que he podido probar o ver de primera mano:

  • REGENOKINE
  • INDIBA
  • EPI
  • HIGH VOLUME INJECTIONS
  • CORTICOIDES
  • NEUROMODULACION PERCUTÁNEA
  • ONDAS DE CHOQUE
  • PRP
  • PROLOTERAPIA
  • LASER
  • CELULAS MADRE

Si alguien está interesado en alguna de estas terapia que no dude en ponerse en contacto conmigo via email (jrequek@gmail.com) y le puedo mandar toda la información y mi opinión.

 

 

 

La búsqueda del movimiento libre.

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Os presento a Bob. Bob es la última incorporación a mi consulta. Es mi ayudante en la búsqueda de lo que yo llamo “stoppers”, adherencias que imposibilitan el libre movimiento entre piel – fascia – músculo y que son, a mi entender, los causantes de muchas de las lesiones crónicas en tendones y articulaciones. Es muy difícil realizar un buen tratamiento sin un buen diagnóstico y yo he encontrado esta forma efectiva para dar explicación a muchas dolencias, buscando la relación entre la calidad de la piel y ciertas lesiones. Solamente restableciendo el libre movimiento entre los tejidos – mediante las técnicas Thimblex – se conseguirá una curación duradera de lesiones crónicas como tendinopatías aquíleas, patelares o problemas de hombro como impingement, capsulitis o problemas con los rotadores.  

Llevo ya más de 7 años probando, inventando, anotando y comparando distintas técnicas para el tratamiento de lesiones tendinosas y articulares. Todo este proceso es parte de mi terapia Thimblex que sigo desarrollando día a día, paciente tras paciente. 

Para entender mejor mis ideas aquí puedes leer algunas teorías que tratan de explicar la compleja relación entre los tejidos subcutáneos: 

“Andrzej Pilat (2003) describe como en el sistema fascial superficial sano, la piel puede moverse fácilmente sobre la superficie de los músculos. En la fibromialgia o el dolor miofascial crónico, casi siempre está adherida, sin posibilidad de desplazamiento libre.

Fama y Bueti (2011) describen que cuando el tejido fibroso se irrita forma adherencias que comprometen el funcionamiento de la fascia, limitan la circulación a través del tejido subyacente e inhiben la función debido a la isquemia.

Tom Myers en su libro Anatomy Trains describe tres causas de adherencias fasciales: lesión, desuso e inflamación. Las adherencias dan como resultado un movimiento limitado entre las fascias que envuelven los músculos y hacen que éstas se adhieran unas a otras. El deslizamiento entre la piel y los músculos se limita. También disminuye el flujo linfático y sanguíneo.

Quinn (2012) describe la formación de adherencias fasciales: las adherencias se forman por diversos motivos, como el desuso, la falta de estiramientos o las lesiones. La fascia y el tejido muscular subyacente pueden quedar unidos. Esto se llama adhesión y da como resultado un movimiento muscular restringido. También causa dolor y disminuye el rango de movimiento.

Stecco habla sobre un aumento de la viscosidad en el área lesionada que disminuye el deslizamiento entre el músculo y la fascia. También disminuye la activación de los músculos y esto provoca un reclutamiento inadecuado de las fibras.

El tratamiento con Thimblex se centra principalmente en eliminar las restricciones entre las láminas de tejido conectivo, especialmente entre la piel y la fascia superficial del músculo. Con el tratamiento Thimblex las adherencias pueden transformarse de una sustancia similar a un gel (que limita el movimiento) a un estado de más acuoso y flexible (Mark Lindsey, 2005).

Este nuevo estado restaurará la movilidad y la flexibilidad, abrirá las líneas de comunicación en todo el cuerpo al borrar la memoria somática del tejido, eliminará sustancias tóxicas que han quedado atrapadas en la malla de fibras y resolverá el dolor de los tejidos blandos. Todo esto permitirá que los vasos sanguíneos y los vasos linfáticos se dilaten (se abran), lo que aumentará la circulación de ambos fluidos.”

Correr sin dolor de rodillas.

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En este artículo voy a hablar de mi experiencia personal. Lo quiero hacer por que supongo que alguno de vosotros puede que se encuentre en una situación similar a la mía. Esta no es otra que ser un aficionado al running, ya bien entrados los 40, actualmente sin lesiones y con un pasado estrechamente vinculado con problemas de rodilla. 

Más concretamente con dos lesiones: Una lesión aguda de menisco interno hace 7 años (como me dijo un amigo en ese momento, “se te ha puesto la rodilla como un botijo”.) y ese famoso término, condromalacia rotuliana, que llevo escuchando desde que tenía 30 años. Sigo corriendo, casi todos los días, sin dolores. En mi mente visualizo como desde que hice mis mejores marcas en maratón y media maratón, hace unos 10 años, mi forma física ha caído en picado. Me siento identificado con el término en inglés, free falling. Pero creo que desde hace un tiempo he conseguido tirar del freno de mano y parar esa caída. Incluso pienso que estoy ascendiendo otra vez hacia arriba como el submarinistas que sube lentamente, descomprimiendo, a la superficie. Por lo menos eso es lo que atesoran los tiempos en las carreras de los últimos años.

Pero no quería hablar de marcas y carreras. Quería escribir sobre esas dos lesiones que he mencionado anteriormente: Desgaste del menisco interno y del cartílago de la rodilla. Tengo consciencia que esas lesiones están ahi, pero eso no me ha impedido seguir practicando el deporte que me gusta. Muchos pacientes que vienen a mi consulta con ese diagnóstico hablan como si les hubieran sentenciado a muerte, deportivamente hablando. Yo no comparto esa teoría, pienso que se puede seguir corriendo con casi cualquier lesión de rodilla. La clave está en dar con la combinación ganadora, con ese ritmo de entrenamientos, cargas, terapias que nos posibiliten correr sin dolores, sin que se hinche o duela la rodilla. 

Es ahora cuando voy a desvelar mi secreto, mi santo grial para poder seguir corriendo con mis taras biomecánicas, a mi edad y con mi peso (por que el peso tampoco es excusa para no poder correr, como he escuchado muchas veces): 

  1. Constancia: Un gran entrenador me dijo una vez; si te paras de oxidas. No hay que correr todos los días, pero casi. Hay que mantener las articulaciones lubricadas y eso se consigue con el movimiento. Así que aunque solo sean 30 minutos, una vuelta en bici o un paseo largo con el perro, hay que moverse todos los días. 
  2. Ejercicios preventivos: El secreto está en esos diez o quince minutos de ejercicios suaves para mantener los músculos disparando de forma correcta y las articulaciones libres. No hay por que apuntarse a un gimnasio o ir a clases de yoga. En casa, antes o después de correr, se pueden hacer muchos ejercicios con gomas elásticas o con el propio peso corporal.
  3. Terapia Thimblex: Método terapéutico que he desarrollado en los últimos años. Es una forma diferente de ver las lesiones y que me está dando grandes resultados, tanto en mi propia rodilla como con mis pacientes. La idea detrás de este método es la siguiente. Con el ejercicio, con la edad, con las sobrecargas se crean inflamaciones y adherencias entre la piel y lo que se encuentre debajo de la misma. En el caso de la rodilla puede ser el tendón patelar o del cuádriceps, el espacio entre los huesos o simplemente el hueso. Cualquier persona puede hacer la prueba en casa. Tirar de la piel alrededor de la rótula hacia arriba usando dos dedos. Veréis como hay sitios en los que no se siente nada y otros en los que el pellizco es doloroso. Esto es debido a una adherencia. Para explicar esta teoría me gustaría citar a Andrej Pilat: “…en el sistema fascial superficial sano, la piel puede moverse fácilmente sobre la superficie de los músculos. En la fibromialgia o el dolor miofascial crónico, casi siempre está adherida, sin posibilidad de desplazamiento libre.” Liberar estas adherencias es muy efectivo limpiar la zona de sustancias tóxicas y mejorar el funcionamiento de músculos y tendones.  
  4. Mi arma secreta: La mejor forma de correr sin impacto. Para ello utilizo una bicicleta elitpica de que se llama Elliptigo. He sustituido muchos días de carrera por sesiones con esta bicicleta. Considero que los beneficios son muy similares a los de la carrera pero sin el ya famoso desgaste articular. 

 

En definitiva, el movimiento nos lleva hacia delante y yo he encontrado mi forma de correr “sin lesiones”. ¿Cuantos años podré seguir corriendo? Supongo que a no ser que me caiga o me resbale muchos años. Mi objetivo es poder seguir corriendo a mi mejor nivel. Esto quiere decir acabar las carreras con la sensación de haber competido a mi máximo nivel y, sobre todo, hacerlo sin dolores.

Nuevos proyectos para 2021

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Este extraño 2020 se ha acabado. Podría adjuntar un – “¡Por fin!” – a esta primera frase pero echando la vista atrás tampoco considero que todo haya ha sido negativo para Thimblex. Definitivamente ha habido avances e incluso sorpresas positivas. Para empezar el haber encontrado la ubicación de la Calle Costa Rica. Es una gozada trabajar en esta consulta. Tenemos tranquilidad, fácil aparcamiento, rayos de sol entrando por la ventana toda la mañana y la posibilidad de trabajar con la ventana abierta aun en los días de frío. Luego está la comodidad de contar con una sala de espera espaciosa en la que los pacientes pueden reposar unos minutos antes de entrar al tratamiento. No puedo estar más contento con la elección de esta consulta y esto se ha visto reflejado en el número de pacientes que he tratado, siguiendo siempre una curva ascendente desde Septiembre.  

Para 2021 tengo grandes planes y proyectos. Uno de ellos me hace especial ilusión de poder ofertar. Creo que después de 25 años tratando lesiones deportivas y dolores cotidianos puedo, en determinadas lesiones, garantizar la mejora de la misma. Es justamente esto lo que quiero ofrecer. Una garantía de mejora. Tan convencido estoy de la eficacia de Thimblex que me comprometo a devolver el dinero al paciente en caso de que no mejore en un plazo de 6 o 8 sesiones, siempre que siga mis indicaciones a rajatabla y no realice otros tratamientos en paralelo. La lista de lesiones es la siguiente: 

  • Dolor crónico de hombro ya sea debido a una tendinopatía del supraespinoso o una capsulitis adhesiva. 
  • Tendinopatía crónica del tendon de Aquiles. 
  • Dolor crónico de rodilla ya sea por un desgaste del menisco, una condromalacia rotuliana o una tendinopatía del tendón rotulado o del cuádriceps. 

Más novedades. Estoy convencido que la combinación ganadora para curarse de una lesión es la que intercala tratamiento con ejercicios. Para que este binomio pueda funcionar quiero regalar una goma elástica (valorada en 15 Euros) a todos aquellos pacientes que compren un paquete de 6 o 8 sesiones. De esta forma podrán realizar los ejercicios en casa siguiendo los vídeos personalizados que les vamos mandando. 

Otra novedad que me hace especial ilusión es la creación de un estudio funcional para cada paciente. En este informe se podrán ver factores que se pueden mejorar como fuerza muscular específica, rango articular o adhesiones de la piel. Todo esto se le enviará a cada paciente después de la primera sesión y se irá actualizando a medida que pasen las sesiones. 

Por último recordar que estoy trabajando en Monte Rozas los lunes y jueves por la mañana. No dudéis en reservar vuestra sesión en www.thimblex.com

¿Cómo ha cambiado la pandemia nuestros hábitos deportivos?

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Hubo una época, durante el confinamiento de marzo, en la que por fuerza mayor tuvimos que reinventarnos e idear actividades que pudiésemos realizar dentro de las cuatro paredes de nuestra casa. Los privilegiados tenían una bicicleta de spinning en casa, otros se atrevían, furtivamente, con las escaleras y los más osados bajaban a correr, embozados en la oscuridad, al parking del edificio. Populares youtubers mantuvieron activos a infinidad de deportistas. Por el contrario, y en el lado opuesto, han sido muy frecuentes las lesiones por sobrecargas puntuales y explosivas.

Pero esa época, ese mal sueño, ya ha pasado. Ya podemos salir, ir a gimnasios, ir a clases de yoga, spinning, pilates… eso, por lo menos, en teoría. La práctica es bien diferente. Una gran cantidad de gimnasios todavía están cerrados, algunos para siempre. Los estudios de yoga, pilates, crossfit ofrecen clases muy reducidas y obligan a llevar mascarillas. Los gimnasios o clubs con áreas exteriores han podido realizar sus clases en el césped. Pero empieza el frío. Muchos equipos de futbol, baloncesto o voleibol todavía no han retomado sus entrenamientos. Las artes marciales tampoco han vuelto al tatami. Luego está el miedo. Mucha gente no se atreve a ir al gimnasio para compartir esfuerzo y sudor con extraños. A otros nos les apetece hacer deporte con mascarilla con lo que prefieren no ir. ¿Quiere esto decir que hemos dejado de hacer deporte? ¿O estamos obligados a subir escaleras y a correr solos por el monte?

Nada más lejos de la realidad. Puede que el deporte haya sufrido un desplazamiento hacia algo más individual o a la práctica en el exterior. Hay varios deportes que han notado una subida notable, tanto en el número de participantes como en la venta de material para realizar el mismo. La gente está ávida de actividad, de salir a la calle. En muchos casos el objetivo es socializar haciendo deporte, otros buscan perderse en sus pensamientos. Un caso muy reseñable es el deporte del padel. Como nos ha comentado el director de una escuela de padel en Madrid, el número de practicantes ha subido “una barbaridad”. Las clases y reservas en horario de mañanas entre semana han subido un 30 %, siempre respecto al mismo mes del año anterior. Esto, según explica, es debido sobre todo al teletrabajo. Los fines de semana es donde más han notado el incremento, sobre todo los sábados y domingos por la tarde donde la reserva de pistas ha pasado del 50% al 90-95%. Ejercicio, amigos, risas… eso es lo que les pide el cuerpo a mucha gente.

Luego está el ejemplo contrario. El de la gente a la que le gusta evadirse en solitario para desconectar de la pandemia mientras escucha su música favorita o simplemente se sumerge en pensamientos que le trasladan lejos del virus. Basta con darse un paseo por cualquier parque o monte para ver a miles y miles de ciclistas recorriendo sus carreteras y caminos. La subida en practicantes es visible pero se puede también corroborar con números. Según las Asociación de Marcas y Bicicletas de España (AMBE), “el incremento de las compras de bicicletas es de un 400% en nuestro país.” El mundo del ciclismo puede presumir de salir ganando de esta pandemia.

Las carreras populares también han sabido adaptarse a la nueva realidad. Desde hace un tiempo ya se vienen realizando carreras de 5 o 10 kilómetros con salida escalonada. No tienen salidas masivas con pistoletazo, pero AC/DC o Carros de Fuego retruenan y siguen emocionando a los corredores. Las ganas son tales que en una carrera que se va a realizar en Madrid las inscripciones se han agotado en una tarde. Puede que la situación que nos ha tocado vivir en este 2020 nos haga valorar más lo privilegiados que somos por poder realizar las actividades donde y cuando queramos. Se dice que uno no valora lo que tiene hasta que se lo quitan. Esto mismo puede que haya pasado con nuestra relación con el deporte. En cuanto nos han dejado volver a hacerlo lo estamos aprovechando al 110%. 

 

Lógicamente salir a hacer deporte como si no hubiese un mañana – como algunos lo estamos haciendo – indudablemente tiene sus aspectos positivos en cuanto a la liberación de estrés, pérdida de peso y bienestar en general. Pero pasar de 0 a 100 en dos días puede tener sus consecuencias negativas. La combinación de los meses de inactividad, aumento de peso en algunos, rigidez articular y muscular en casi todos y falta de ejercicio en general es una mezcla explosiva que atrae a muchas lesiones cuando volvemos a hacer deporte. Prueba de ello son la cantidad de pacientes que acuden en estos días al fisioterapeuta. Las clínicas de fisioterapia están trabajando a tope y la lista de lesiones que están tratando va desde las clásicas tendinitis de rodilla o codo por demasiado deporte hasta los dolores de espalda o cuello por trabajar en la mesa de la cocina debido al teletrabajo. 

Para evitar que esta situación de sobre- actividad nos afecte negativamente hay que seguir algunas pautas básicas dentro del deporte. Todo debe empezar con un buen calentamiento o, por lo menos, por una entrada progresiva al deporte que vamos a hacer. En el caso del tenis podemos empezar jugando a media pista o en el caso del running hacer los primeros kilómetros casi andando. Luego está el número de horas que pasamos haciendo ese deporte. Demasiado de lo mismo nunca es bueno. Una regla muy fácil de adoptar es practicar el deporte en días alternos. Si dejamos descansar a nuestros tendones y articulaciones un día entero antes de darles otra paliza el riesgo de que se lesionen disminuye bastante. Si aun así nos cuesta demasiado adoptar esta regla del day on – day off y el cuerpo nos sigue pidiendo marcha entonces otra formula puede ser practicar otro deporte o actividad el day off. Un día jugamos al padel y el otro vamos al gimnasio o piscina. Por último está el entrenamiento invisible, todos los ejercicios y acciones que podemos hacer para evitar las lesiones. Entre los más destacados están los ejercicios con gomas elásticas, los estiramientos o las movilizaciones articulares, pero también podemos incluir en este grupo relajarse con un buen masaje, ponerse hielo o calor, ir al fisioterapeuta o simplemente darse un buen baño caliente con sal soñando con esa época en la que nunca nos habíamos puesto una mascarilla. 

 

Cinco consejos que te harán correr hasta los 70 años (o más)

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¡Vamos a ser sinceros! Una vez rebasada nuestra juventud, una vez que ya hemos conseguido hacer nuestros mejores marcas, normalmente en nuestra treintena, lo que nos queda es seguir disfrutando del deporte que más nos gusta, el running. Lo importante es seguir sintiéndose competitivo, a un nivel inferior, pero ver que podemos apretar, que unas buenas semanas de entrenamientos elevan nuestro nivel y, sobre todo, que lo podemos hacer sin dolores. 

Aquí van cinco consejos para que puedas seguir devorando kilómetros muchos años. 

  1. Trabaja la movilidad articular. Lo llaman el aceite para las articulaciones, el lubricante de nuestro cartílago articular. Para conseguir esta lubricación basta con realizar movimientos de nuestras articulaciones acompasadamente en todas las direcciones. Este movimiento segrega un líquido viscoso en las articulaciones llamado líquido sinovial. El líquido sinovial reduce la fricción entre los cartílagos y otros tejidos en las articulaciones para lubricarlas y amortiguarlas durante el movimiento. Por lo tanto, movilidad, movilidad, movilidad… todos los días 10 minutos puede marcar la diferencia. 
  2. Técnica de carrera. Los ejercicios de técnica de carrera se hacen para ser más eficientes en nuestra zancada pero también para fortalecer los músculos de los pies. Cuando se dice que se te cae la cadera al correr o que no empujas los suficiente con los pies suele ser debido a una debilidad muscular de los músculos de la pierna y los pies. Ejercicios como el skipping, el “segundos de triple”, las escaleras tienen todos como objetivo mejorar nuestra forma de correr y, consecuentemente, disminuirán el riesgo de padecer lesiones. 
  3. Cross training. Esto quiere decir practicar otro deporte. A los corredores nos cuesta mucho “desperdiciar” una sesión de carrera por otra actividad que no sea correr. Pero los efectos positivos de montar en bici, nadar, ir al gimnasio o hacer Pilates son innegables. Una o dos veces por semana tenemos que realizar alguna de estas actividades que nos va a ayudar a fortalecer los músculos que se descompensan con tanta carrera. 
  4. Nutrición. Muy difícil. Cuidar de la alimentación es extremadamente complicado si ya estamos haciendo deporte. Es muy fácil caer en teoría de pensar que ya que estamos corriendo podemos comer lo que queramos. Hay que cuidar la alimentación siempre, corramos o no. Evitar los azúcares, las grasas y el alcohol. Solamente siguiendo este consejo llegaremos muy lejos. 
  5. Estiramientos. Se diferencia de la movilidad en cuanto a que los ejercicios de estiramiento se hacen sin movimiento. Un ejemplo sería intentar tocarse los pies con las manos e intentar aguantar esa posición durante 20 o 30 segundos. Los estiramientos son muy importantes e inciden más sobre las fascias de los músculos y las cápsulas articulares. Estirar por la noche viendo la televisión podría ser una buena opción. 

Movilidad de hombro

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A la hora de rehabilitar o curarse de una lesión de hombro un factor que casi siempre hay que tener en cuenta es la flexibilidad o elasticidad de los movimientos de hombro. Sobre todo a partir de cierta edad un dolor de hombro es sinónimo de pérdida de movimiento. Todo tratamiento, por tanto, debe de ir encaminado a mejorar esas movilidad y los mejores ejercicios para conseguirlo son los dinámicos, es decir, los que a base de un ejercicios suave consiguen mantener e incluso mejorar el rango articular. Los discos de movimiento como los que se pueden ver en este video ayudan en gran medida a conseguir este objetivo.

No dudes en consultarnos sobre distintos ejercicios para mejorar la movilidad de hombro.

El misterioso dolor ciático

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Existen a mi entender dos tipos de lesiones. Las primeras, para mi las “fáciles”, las que se sabe como van a evolucionar si se realizan los tratamientos correctos y el paciente colabora (sobre todo en no empeorarla). Las segundas, las que yo llamo “misteriosas”. Estas lesiones no siguen un patrón preestablecido. El mismo tratamiento en dos pacientes con casos parecidos y puede tener un resultado totalmente contrario. Dentro de este segundo tipo de lesiones se encuentra la del nervio ciático. 

En esta serie de artículos voy a intentar describir las vicisitudes a la hora de tratar una lesión del nervio ciático. 

¿Qué es una ciática?

El término «ciática» se refiere a un dolor que irradia a lo largo del trayecto del nervio ciático, que se ramifica desde la parte inferior de la espalda a través de las caderas y los glúteos y hacia abajo de cada pierna. Por lo general, la ciática afecta solo a un lado del cuerpo.

La ciática se produce con más frecuencia cuando una hernia de disco, un espolón óseo en la columna vertebral o un estrechamiento de la columna vertebral (estenosis del conducto vertebral) comprimen parte del nervio. Esto causa inflamación, dolor y, a menudo, algo de entumecimiento en la pierna afectada.

El dolor y la incapacidad es muy variable. Va desde mucho dolor en diferentes partes de la pierna hasta entumecimiento de la pierna o el pie. El dolor puede agravarse por la noche durmiendo pero en otros casos empeora con la actividad. 

¿Por qué aparece?

Normalmente aparece un día sin previo aviso. Hay varias factores que pueden influir en su aparición: 

  • Edad. Los cambios en la columna vertebral relacionados con la edad, como las hernias de disco y los espolones óseos, son las causas más frecuentes de la ciática.
  • Obesidad. Al aumentar la sobrecarga en la columna vertebral, el exceso de peso corporal puede contribuir a los cambios espinales que desencadenan la ciática.
  • Profesión o actividad deportiva. Un trabajo que requiere que gires la espalda, cargar objetos pesadas o conducir durante largos períodos podría estar relacionado con el desarrollo de la ciática, pero no hay pruebas concluyentes de esta relación. A su vez hay varios deportes que sobrecargan esta zona de la espalda. 
  • Permanecer sentado durante mucho tiempo. Las personas que permanecen sentadas durante mucho tiempo o tienen un estilo de vida sedentario son más propensas a padecer ciática que las personas activas.

¿Se puede prevenir?

No siempre es posible prevenir una lesión del nervio ciático. Tampoco se sabe a ciencia cierta que hacer o que no hacer. Como norma general se pueden seguir estas indicaciones que pueden ayudar a que no aparezca:

  • Haz ejercicio regularmente. Para mantener la espalda fuerte, presta especial atención a los músculos del llamado core, es decir, los músculos del abdomen y de la parte inferior de la espalda. 
  • Mantén una buena postura al sentarte. Elige un asiento con un buen soporte lumbar, apoyabrazos y base giratoria. Puedes colocar una almohada o una toalla enrollada en la parte baja de la espalda para mantener su curva normal. Mantén las rodillas y cadera alineadas.
  • Utiliza una mecánica adecuada. Si estás de pie durante períodos prolongados, apoya un pie en un banquito o en escalón. Esto puede ayudar a sentir menos dolor. Cuando levantes objetos pesados, deja que las piernas hagan el esfuerzo, dobla las rodillas.

¿Por qué acudir al fisioterapeuta?

Un buen tratamiento de fisioterapia debe de ir encaminado a mejorar tres aspectos importantes:

  1. Recuperar la movilidad de movimientos que se hayan acortado. El más común suele ser levantar la pierna estirada, ya sea tumbado o de pie. Este es el movimiento que más se ve afectado por una irritación del nervio ciático. Relajar la musculatura. 
  2. Relajar la musculatura que se haya ido contracturando con el tiempo. Normalmente suele ser los músculos glúteos, los músculos lumbares y los músculos posteriores de la pierna. 
  3. Recuperar la seguridad en ciertas acciones realizando ejercicios funcionales. 

5 motivos por los que acudir al fisioterapeuta

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  1. “Antes de que sea demasiado tarde”. Este es el principal factor por el que debes acudir al fisioterapeuta si un dolor no se va en unos días. Hay dolores que desaparecen a los dos o tres días. Estos suelen ser dolores tipo agujetas o provocados por un ejercicio o movimiento al que no estás acostumbrado. Una vez pasado este espacio de tiempo el dolor se convierte en lesión y la lesión se puede volver crónica. Es antes de que el dolor se vuelva lesión cuando debes acudir al fisioterapeuta, para frenar la progresión de la lesión. La figura del fisioterapeuta
  2. Los consejos de un buen fisioterapeuta te pueden ayudar mucho. Si el fisioterapeuta tiene experiencia ya habrá tratado la misma lesión en multitud de ocasiones. Sabrá, por tanto, cual es el mejor tratamiento, los mejores ejercicios y lo que debes y no debes hacer para esa lesión en concreto. Esta información es muy valiosa. 
  3. No poder realizar la actividad que tanto te gusta es un fastidio. Vivir con un dolor muscular o articular constante es inaceptable. Todos deberíamos de ser capaces de vivir sin dolor. La frase… ya me he acostumbrado a vivir con este dolor… no es aceptable. Por tu bienestar y por el de la gente que te rodea – hartos de tus quejas – tienes que acudir al fisioterapeuta para quitarte ese dolor que se ha instaurado cómodamente en tu cuerpo. Tratamiento Thimblex
  4. Un fisioterapeuta te puede ayudar a salir de la famosa “espiral negativa”. Para los que no la conozcan, la espiral negativa del dolor es un círculo en el que el dolor provoca debilidad en los músculos, lo que a su vez provoca un mala funcionalidad (hacemos gestos para intentar no sentir el dolor) de la zona, lo que nos lleva a más dolor. Si quieres salir de ese dolor que sientes tienes que cortar este círculo vicioso y una buena manera es con la ayuda de un fisioterapeuta. Masaje realizado por un fisioterapeuta
  5. Un fisioterapeuta te hará ahorrar dinero y tiempo. Si eres capaz de solucionar tu lesión acudiendo a un fisioterapeuta te ahorrarás futuras visitas a médicos especialistas, pruebas diagnósticas caras, plantillas, medicamentos y otras terapias por las que irás pasando. Acudir a un fisioterapeuta tiene un coste, pero nada comparado con lo que te puedes gastar si esa lesión se prolonga en el tiempo. 

5 consejos a tener en cuenta cuando se tiene dolor de hombro

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  1. La mayoría de las lesiones de hombro cursan con inflamación. Sobre todo la inflamación se encuentra en un espacio que se llama “espacio subacromial”, espacio por el que pasa el músculo supraespinoso y donde se aloja la bolsa serosa (que provoca la famosa bursitis). Esta inflamación es una de las causas que provoca dolor cuando levantamos el brazo para coger algún objeto. Por lo tanto, cada vez que levantas el brazo y sientes dolor estás creando más inflamación, o por lo menos no estás dejando que la inflamación desaparezca. Es muy importante, en consecuencia, no realizar gestos que te duelan. ¡Utiliza el brazo “no lesionado” para acciones que sabes que te van a doler (servir agua de una jarra, coger las tazas del café, ponerte el cinturón en el coche…)!

  1. ¡Dormir sobre el lado lesionado! Algo muy difícil de evitar si llevas toda tu vida durmiendo de lado. Pero esta es una de las causas más relevantes que no ayuda a la curación de tu hombro doloroso. Si te levantas con el hombro dolorido no estás ayudando a su recuperación. ¿Cómo puedes evitarlo? No hay un consejo definitivo en este aspecto. Para empezar duérmete en otra postura, esto es lo más fácil y evidente. Tal vez cambia de lado de la cama. Hay pacientes que incluso se atan la muñeca a la cintura para no poder subir el brazo. Usa tu imaginación e intenta no sentir el hombro dolorido por las mañanas. 

  1. ¡Manos arriba! Mejor dicho, brazos arriba. Utilizamos aquí las psicología inversa. Si te duele el hombro al levantar el brazo tienes que levantarlo periódicamente. No es cuestión de que te pongas a jugar al volleyball. Pero sí que hay que levantar el brazo de forma controlada un par de veces al día. ¿Contradice este punto al punto nr. 1 arriba descrito? En parte si pero hay una sutil diferencia. No es lo mismo levantar el brazo sintiendo dolor 20 veces al día que hacerlo un par de veces de forma muy controlada. El peligro de levantar el brazo es que cada vez te cueste más y llegue un momento en el que ya no puedas ni hacerlo aunque lo intentes. La cápsula articular (membrana fibrosa que recubre la articulación) se va acostumbrando a esa nueva posición en la que el brazo no pasa por encima del hombro y sus fibras acabarán por acortarse. Muy importante, por tanto, levantar el brazo de forma periódica. Puedes hacerlo cada vez que estás en la cocina, cada vez que coges el ascensor o incluso sentado viendo la televisión. 

Tratamiento de lesión de hombro

  1. Movilidad antes que fuerza. Existe una creencia errónea (a mi entender) de pensar que cuando un hombro duele hay que fortalecerlo. Hay que fortalecer, sí, pero una vez que el movimiento no provoque dolor. La primera fase de toda recuperación de hombro debe de ir encaminada a recuperar la movilidad. Dejaremos el trabajo de gomas y pesas para más adelante. 
  2. ¿A cuantos practicantes de yoga les duele el hombro? En mi consulta hay muchos. Hay ciertos ejercicios que parecen inocuos pero que pueden empeorar la lesión. O, por lo menos, no van a ayudar a que la lesión se recupere. Planchas, fondos, el famoso “downward dog”… todos son ejercicios que cualquier persona con dolor hombro debe de evitar. Ya habrá tiempos y ocasiones en el futuro para hacer esos ejercicios cuando el dolor desaparezca.  

Trucos para quitarte ese dolor de hombro (que ya dura demasiado)

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¿Te creías que las vacaciones iban a acabar con ese dolor tan molesto en tu hombro? Por un momento, disfrutando de esas cañitas en la playa, parecía que tu hombro había mejorado. Pero ha sido volver a casa, a la rutina y ese viejo dolor ha vuelto de inmediato. el hombro vuelve a dolerte por las mañanas, al levantar el brazo para coger las tazas de café, al intentar ponerte en forma haciendo flexiones o incluso al coger el ticket del parking. 

¡No desesperes! Es el momento de ponerte en acción, ponerte en manos de expertos y quitarte ese dolor que lleva ahí ya demasiado tiempo. 

MUCHOS DOLORES TIENEN LA MISMA CAUSA

A no ser que tu dolor sea debido a un accidente, a un movimiento violento o a una caída de la bici la causa de tu dolor va a sonar a algo similar a esto:

  • Tendinopatía del tendón del supraespinoso. 
  • Bursitis subacromial. 
  • Inflamación en el espacio subacromial. 
  • Calcificaciones en el tendón del supraespinoso. 
  • Tendinopatía del tendón subescapular. 

Puede que en el informe de la resonancia ponga uno de estos diagnósticos, en la mayoría de los casos van a ser dos o tres. ¡No te preocupes! Cualquier dolor crónico de hombro se puede mejorar con el tratamiento adecuado. 

LAS LESIONES CRÓNICAS DEBILITAN LOS MÚSCULOS CERCANOS A LA LESIÓN

Incluso deportistas de élite que están compitiendo puede que tengan músculos que no actúan de forma correcta. La expresión que describe esté fenómeno es mucho más gráfica en inglés que en español: “Muscles are not firing well”. Es decir, los músculos no están “disparando” de forma correcta. Esto le puede ocurrir a los músculos que están directamente relacionados con el dolor, pero puede que también otros músculos adyacentes estén comprometidos. Para la curación de una lesión es fundamental identificar estos músculos y tratarlos en consecuencia. Todas las sesiones de Thimblex empiezan con un análisis muscular detallado usando aparatos especialmente diseñados para ello. 

LA MOVILIDAD ES LA PRIMERA VÍCTIMA

Levantar el brazo es una acción muy fácil hasta que el hacerlo te provoque dolor. Entonces dejarás de levantar el brazo y, pasadas unas semanas, esta simple acción te resultará muy difícil de hacer. A partir de aquí la movilidad irá disminuyendo día a día hasta que llegue el día en el que no puedas subir el brazo hasta arriba o llevar el brazo por detrás de la espalda. Este proceso que hemos descrito es muy común en dolores crónicos de hombro. Una buena parte de los tratamientos Thimblex van a ir encaminados a recuperar esa movilidad perdida lo que ayudará a la disminución del dolor. 

TRATAMIENTOS ENCAMINADOS A RECUPERAR LA FUERZA Y LA MOVILIDAD

La mejor forma de curar una lesión es llevando todo a la normalidad. Los músculos “dormidos” tienen que volver a “disparar” de forma correcta. Los movimientos limitados tienen que dejar de estar limitados. Esta es la única manera de recuperar un hombro doloroso. Todo lo demás son parches, tratamientos que quizás mejoran el dolor por un espacio de tiempo pero que nunca consiguen llevar a la articulación a la normalidad. 

Un viaje por el mundo de las terapias

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UN VIAJE POR EL MUNDO DE LAS TERAPIAS

Juan Reque

Supongamos por un momento que disponemos de fondos ilimitados, de vacaciones infinitas y podemos desplazarnos libremente por el mundo. Luego imaginemos que llevamos ya un año con un dolor crónico en el hombro que no nos deja dormir o de una molestia persistente en la rodilla que nos impide subir y bajar escaleras. Numerosas visitas a médicos, tratamientos fisioterapéuticos y medicinas no han conseguido mejorar nuestra situación. Entramos ya en la fase de la desesperación. 

Ahora os propongo un juego- solo por darnos el gusto- juguemos a ser Cristiano Ronaldo o Tiger Woods: tenemos el jet privado en la pista de despegue y podemos ir a visitar a los mejores especialistas, realizar los mejores tratamientos sin importarnos el lugar ni el coste. 

Yo empezaría el viaje en Düsseldorf, Alemania. Ahí, en ese pequeño pueblo a orillas del rio Rin se encuentra nuestro primer especialista, el Dr. Wehling. En un momento de inspiración en 1986, este especialista en medicina molecular consiguió crear una “poción mágica” con unos poderes antiinflamatorios nunca antes vistos. Según comenta, su método, el Regenokine, es 120 veces más efectivo que un tratamiento más convencional como el PRP (Platelet Rich Plasma) o las infiltraciones de corticoides. En su libro “The End of Pain” describe como el mismo Papa Juan Pablo II le dio las gracias por curar sus rodillas maltrechas de tanto rezar arrodillado. A Alex Rodríguez, jugador de baseball, después de su tratamiento le dieron ganas de subir esprintando una colina que hay a la salida de la clínica y el fallecido Kobe Bryant publicó en sus redes sociales numerosos detalles sobre el tratamiento. Regenokine es una terapia invasiva que utiliza factores de crecimiento de la sangre del paciente para estimular la curación natural del área lesionada. En la primera sesión se le extrae sangre al paciente, se calienta a una temperatura «similar a la fiebre» y se centrifugada en el mismo centro. Este proceso separa diferentes partes de la sangre. A continuación se selecciona un suero concentrado lleno de sustancias antiinflamatorias que se inyecta en el área lesionada.

El suero generalmente proporciona un alivio inmediato del dolor, pero pueden pasar varias semanas antes de que las propiedades antiinflamatorias surtan efecto. El tratamiento Regenokine se usa para tratar prácticamente todas las lesiones de articulaciones, ligamentos, músculos y tendones como artritis o tendinopatías de hombro o rodilla. ¿Y dónde está el problema la trampa? Pues tiene dos. La primera es que el tratamiento dura cinco días consecutivos con lo que es imprescindible pasar unas mini vacaciones en Alemania y la segunda, la peor, el precio: unos 10.000 Euros por todo el tratamiento.

El viaje continúa y nos dirigimos ahora a Londres. Ahí acudiremos al London Independant Hospital donde se encuentra el radiólogo Dr. Otto Chan. Dr. Chan y su equipo se han especializado en una técnica llamada High Volume Injections (HVI). High volume injections son inyecciones para aliviar el dolor crónico en articulaciones y tendones. El procedimiento implica el uso de una guía de ultrasonido para inyectar un volumen bastante alto de solución (30-40 ml) en el espacio entre el tendón y la vaina del tendón; donde viajan los vasos sanguíneos y nervios. Esta solución contiene solución salina normal (sal en agua) y anestésico local. La solución separa y libera los vasos y nervios empujando suavemente la vaina del tendón lejos del propio tendón. Es como si hinchásemos un globo con agua. Esto ayuda a restablecer el proceso de curación, liberar adherencias y reducir el dolor. Según el Dr. Chan los efectos en casos como la tendinopatía del supraespinoso, el temido el “hombro congelado”, son inmediatos. El paciente sale de la consulta con mayor movilidad y menor dolor. Aun así recalca que es importante complementar su tratamiento con un buen protocolo de fisioterapia y rehabilitación. No es de extrañar que Dr. Chan colabore en el torneo de tenis de Wimbledon todos los años. 

Nuestro siguiente especialista no es fácil de localizar. Tendremos que mirar en la página web de la ATP (Asociación Profesional de Tenis) y buscar el torneo que se esté disputando esa semana. Ahí, en una habitación de alguno de los hoteles oficiales es donde el italiano Dr. Pier Francesco Parra monta su “campamento”. No es extraño ver una cola de jugadores en el pasillo del hotel. Pero lo que sí que es digno de reseñar es que entre los jugadores esperando pacientemente nos podemos encontrar a nombres ilustres como Rafael Nadal, Novak Djokovic o Ivan Ljubicic, todos esperando su turno para dejarse “freir” por el laser de Dr. Parra. Dr. Laser, como se le denomina en su página web, lleva años paseando su laser por los aeropuertos de todo el mundo como si fuese su recién nacido. A la pregunta de por qué su laser es tan efectivo su contestación es simple: “Su laser es muy potente y tiene un porcentaje de curación elevada.” La diferencia entre los lasers efectivos y no efectivos es la penetración del haz de luz, que varía entre 2 y 5 cm. Es decir, a mayor potencia, mayor profundidad y a más fibras se puede llegar.

Los beneficios del laser son tres:

  • Reducir la inflamación en tejidos y articulaciones. 
  • Producir analgesia de los nervios para que duelan menos. 
  • En músculos contracturados reducen la sensibilidad y relajan las fibras musculares contraídas. 

El rango de lesiones que se es capaz de curar con un laser es muy amplio. Lesiones en tendones, músculos, ligamentos en hombros, codo o rodilla son los tratamientos más comunes que suele tratar el famoso Doctor italiano. 

Si todavía nos quedamos con ganas de comer más Bratwurst y beber cerveza podemos volver a Alemania. Esta vez a Munich, donde podemos visitar a Hans Wilhelm Mueller Wohlfahrt y sus “magic hands”. Mueller- Wohlfahrt trabaja para el equipo de futbol Bayern Munich pero ha tratado a personajes como Usain Bolt, Paula Radcliffe, Maurice Greene o músicos como Bono. Su terapia, para algunos controvertida, es un misterio. Huyendo de la química y de los medicamentos convencionales, sus tratamientos son infiltraciones en las que combina sustancias homeopáticas con otras más curiosas como extracto de cresta de gallo o derivados de sangre de ternera. En varias entrevistas habla abiertamente de su animadversión por las pruebas diagnósticas como la resonancia magnética, de su confianza en el diagnóstico con las mano e incluso de una energía y fuerza que viene de la mano de Dios. Dr. Feelgood, otro de sus apodos, basa casi todo su diagnóstico médico en sus manos, y considera que muchas de las lesiones musculares no se diagnostican correctamente lo que lleva al deportista a estar demasiado tiempo parado. Aunque lleva más de 40 años trabajando para el Bayern Munich y para la selección alemana de futbol su forma de trabajar no es del agrado de todos los entrenadores. En la época de Pep Guardiola en su club no consiguieron entenderse y esto forzó la salida del reputado médico del club al que volvió nada más abandonar Pep el club.

Por último nos vamos a referir a un tipo de terapias que se lleva realizando desde hace muchísimos años en todo el mundo. La primera referencia se encuentra en los años 60 del siglo pasado cuando Dr. Cyriax desarrolló un tipo de masaje, el masaje transverso profundo, que resultaba muy efectivo en el tratamiento de tendinopatías o lesiones musculares. Su efecto analgésico y de re-ordenación de las fibras de colágeno lo hace muy efectivo con el único inconveniente que es muy doloroso y algunos pacientes no lo pueden soportar. 

Si cruzamos el charco nos encontramos con un método similaren, la terapia ART nacida en San Diego, California. ART es una técnica manual que trata de alinear y regenerar las fibras musculares. Como su nombre indica, Active Release Technique, el paciente realiza un movimiento articular activo mientras que el terapeuta realiza una fuerte presión acompañando el movimiento. Es un tratamiento muy efectivo también para el tratamiento de lesiones musculares o tendinosas. Este tipo de técnica ha llegado a España de la mano de Thimblex y Juan Reque. La teoría de Thimblex es muy visual. Las lesiones provocan inflamación y ésta inflamación hace que el espacio entre los músculos y la piel se reduzca con lo que los fluidos – flujo sanguíneo y linfático – no siguen su curso normal. Se crea por tanto un “estancamiento” de fluidos lo que impide la curación de la lesión. Al movilizar y liberar las estructuras, los fluidos vuelven a su cauce y, en ese momento, comienza la denominada curación orgánica. A partir de aquí solo queda esperar pacientemente a la recuperación y acompañar este proceso con ejercicios específicos y una alimentación adecuada. 

Thimblex es un método muy efectivo en el tratamiento de lesiones crónicas como lo puede ser el hombro congelado, las tendinopatías de hombro o rodilla o los problemas articulares y de cartílago de rodilla o cadera. Maria Sharapova fue una de las primeras “celebrities” en confiar en Thimblex para intentar recuperar su hombro y describió la terapia como una novedosa, inteligente y efectiva forma de tratar lesiones crónicas deportivas.  

LA LUCHA CONTRA LA INFLAMACIÓN

Los cinco métodos que hemos descrito en este artículo tienen varias características en común. Para empezar sus creadores llevan más de 20 o 30 años ejerciendo su profesión. Seguramente en los comienzos de su vida profesional probaron numerosos métodos, leyeron libros sobre terapias diferentes, viajaron al extranjero para ver como trataban otros médicos y, poco a poco, fueron perfeccionando y mejorando su forma de trabajar hasta conseguir su propia “formula”. Ahora bien, eso no quiere decir que sus tratamientos curen a todo el mundo o sean efectivos al ciento por cien. Como la mayoría de ellos han comentado en entrevistas y artículos su efectividad ronda entre el 50 y 80 %. 

Hay un componente que todos los métodos comentados anteriormente tienen en común y es la habilidad de reducir la inflamación. Ya sea con laser, con inyecciones o con las manos, lo importante es la reducción del edema. La gran mayoría de las lesiones tendinosas, ligamentosas, articulares e incluso musculares cursan con inflamación. La inflamación, visible y palpable en un primer momento, puede derivar en una inflamación interna que casi no se percibe. Si la lesión no mejora y se prolonga en el tiempo la inflamación seguirá ahí estancada con lo que los músculos o tendones lesionados y los músculos próximos se pueden atrofiar con la consecuente disminución de la capacidad de activación. Como si fuese la primera ficha de un rally de dominó, al caer la primera, los músculos, lo siguiente en caer pueden ser las articulaciones que perderían movilidad. Lo siguiente serán los tendones, seguidos de los ligamentos y así en una caída que hay que cortar en algún momento. La idea es frenar esta caída con un tratamiento efectivo que consiga revertir la situación y comenzar el proceso de curación. 

LOS TIEMPOS DE CADA LESIÓN

La lógica nos dice que un solo método no puede curar una lesión que lleva instaurada en nuestro cuerpo durante mucho tiempo. Todos y cada uno de los creadores de las terapias que hemos descrito en este artículo hacen especial hincapié – en entrevistas y publicaciones- en la importancia de un trabajo de rehabilitación y prevención para que la lesión no vuelva a aparecer. Toda recuperación tiene que seguir los plazos establecidos, unos plazos marcados por nuestro organismo. De lo contrario el riesgo de recaída es muy alto. La ley de la Arteria o la curación orgánica son, al final, las formas más eficaces. La sangre oxigenada y el fluir de la linfa harán que se eliminen las sustancias catabólicas (de deshecho) estancadas en la zona lesionada. La consecuente activación de los músculos “dormidos” debido a la lesión, acompañada de una buena alimentación antiinflamatoria, hará que las probabilidades de recuperación sean lo más altas posibles.

Referencias:

https://www.nytimes.com/2007/09/01/sports/tennis/01notes.html

https://www.youtube.com/watch?v=XTwpSq3n9Go

https://www.france24.com/en/20180330-mueller-wohlfahrt-maverick-doctor-with-magic-hands

https://en.wikipedia.org/wiki/Hans-Wilhelm_Müller-Wohlfahrt

https://www.welt.de/sport/plus205380895/Sportarzt-Mueller-Wohlfahrt-Ueber-50-Prozent-aller-Diagnosen-von-Muskelverletzungen-stimmen-nicht.html?notify=success_subscription

https://www.sueddeutsche.de/muenchen/mueller-wohlfahrt-gott-glaube-1.4675444

Estiramientos en el deporte (artículo publicado en la revista Grand Slam)

Tiempo de lectura: 7 minutos

MÁS QUE ESTIRADOS

Por Juan Reque y Michal Novotny

Las rutinas de estiramiento antes del inicio de la actividad tenística, vienen usándose desde hace décadas. ¿Pero son realmente efectivas? Te mostramos lo que los estudios más 

recientes han aportado al tenis actual. 

LOS ESTIRAMIENTOS EN EL TIEMPO

Históricamente los estiramientos que realizaban los tenistas han sido secuencias de tipo estático (estiramientos sin movimiento. Se lleva a la articulación a la posición deseada y se mantiene esa postura unos 30 segundos) que tenían como fin el estiramiento y el calentamiento de grupos musculares como son los adductores, los isquiotibiales o los cuádriceps. Realizando estos estiramientos se pretendía prevenir lesiones y mejorar el rendimiento deportivo. Pero a lo largo de los años han ido apareciendo diversos estudios que han intentado dar cierto rigor científico a las técnicas utilizadas por preparadores físicos y fisioterapeutas de distintos deportes. Se intentaba demostrar que lo que se realiza tiene un fin, y que no se están realizando técnicas que a la larga no sirven de nada y que incluso pueden ser perjudiciales. Así, paralelamente a los estudios que se han ido publicando sobre todo gracias a Inter- net- los fisioterapeutas del circuito de tenis han ido actualizando sus técnicas para darle más sentido al trabajo que realizaban. Hay que decir que introducir cambios en el deporte de élite no es fácil, ya que las rutinas que vienen realizando los deportistas las tienen muy interiorizadas y en la mayoría de los casos se mira con escepticismo a lo nuevo, a lo diferente. 

Uno de los aspectos que más ha evolucionado han sido precisamente los estiramientos. Los tenistas de los años 70 prácticamente no realizaban ningún tipo de estiramiento, incluso la preparación física no se realizaba de forma organizada y constante. Pero poco a poco empezaron a ver que hacía falta algo más para mantenerse lejos de las lesiones y para jugar a un nivel alto. Fue entonces cuando entraron en escena los estiramientos. En un primer momento los únicos estiramientos que se realizaban eran los estáticos y ésta práctica se ha mantenido hasta el comienzo del siglo XXI. Es en ese momento cuando se han ido introduciendo pequeños cambios que nos han llevado hasta la actualidad, a una situación en la que sabemos, o pretendemos saber, exactamente el objetivo y la función de cada estiramiento y maniobra que realizamos. 

¿SIRVEN O NO SIRVEN? 

A modo de resumen, podríamos decir que estas han sido las conclusiones de los diferentes estudios. ?Utilizar estiramientos dinámicos, stress stretching 

y movilizaciones como parte de un calentamiento es más efectivo, ya que consigue un mejor calentamiento muscular y articular. Estas técnicas deben de combinarse con ejercicio aeróbico de intensidad media como puede ser carrera continua o bicicleta estática. 

?Los estiramientos estáticos no tienen gran interés como calentamiento y su máximo beneficio reside en que mejorar la amplitud de movimiento (ROM) y la flexibilidad en general. 

?Ninguno de los estudios ha demostrado que los estiramientos sean eficaces a la hora de reducir el riesgo de lesiones, como mucho pueden prevenir ciertas lesiones musculares. 

LA RUTINA IDEAL 

Las recomendaciones que podemos dar desde aquí del trabajo que se debe de realizar para prevenir lesiones de los miembros inferiores son las siguientes. 

Calentamiento: 

– ?10 minutos de ejercicio aeróbico.
?- 10 movilizaciones de las articulaciones que intervienen en el deporte que se va a practicar (para el tenis: hombro, codo, espalda, rodilla)
– ?2- 3 estiramientos forzados de las articulaciones “conflictivas” o propensas a lesionarse. ?Ejercicios de técnica de carrera (skipping, rodillas arriba, talones a glúteos…) 

Enfriamiento: 

?- 10 minutos de ejercicio aeróbico.
?Ducha, ingesta de hidratos de carbono.
?- 10 minutos de estiramientos estáticos suaves. 

Sesión especial de estiramientos: 

?2- 3 veces por semana se puede realizar una sesión completa de estiramientos. En ella se realizarán estiramientos estáticos de todas las articulaciones y ejercicios de yoga. 

?Con esta sesión se pretende mejorar la flexibilidad global del tenista. 

?La sesión especial de estiramientos se deberá de realizar al finalizar la jornada, después de haber entrenado. 

Las lesiones de los miembros inferiores son una constante en el tenis debido a los mo- vimientos multidireccionales combinados con acciones que llevan a las articulaciones a posiciones extremas dentro de su rango de movimiento. Además, el tenis es un deporte único ya que se juega sobre varias superficies con distintos grados de fricción que requieren una respuesta diferente dentro del binomio zapatilla/superficie. Esto hace que los movimientos sean siempre diferentes y que las articulaciones de cadera y rodilla sufran un gran stress debido a esta variedad de estímulos. 

Un aumento de las lesiones de cadera y de las estructuras que inter- vienen en sus movimientos ha hecho que la comunidad científica del tenis se haya puesto en alerta e intente explicar y, sobre todo, buscar nuevas técnica que prevengan lesiones comunes como el síndrome de los adductores, lesiones de ingle o incluso lesiones de cadera degenerativas. En este artículo vamos a mostrar algunas de las nuevas tendencias en rehabilitación para prevenir las lesiones de cadera y miembro inferior. 

El dudoso éxito de los estáticos 

Los estiramientos estáticos ha sido la técnica estrella durante muchos años. Los jugadores, tanto antes del entrenamiento como una vez finalizado el mismo, realizaban una sesión de estiramientos estáticos pasivos en los que se estiraban de forma progresiva todas las articula- ciones y musculaturas del cuerpo. Con la ayuda de un fisioterapeuta, se empezaba tumbado boca arriba trabajando la cadena posterior para después pasar a tendido prono para estirar la cadena anterior. Finalmente se estiraban los miembros superiores, sobre todo las musculaturas rotadoras de hombro. No nos equivocamos si decimos que el 100 % de los jugadores realizaba por lo menos una vez al día esta rutina (estudio St. Poelten 2002, Michal Novotny/Juan Reque). La duración de este tipo de sesiones era de 15 a 20 minutos y se debe decir que es una técnica muy popular entre los tenistas ya que no requiere gran esfuerzo por parte del jugador. Todo el trabajo lo realiza el terapeuta. (Foto 1: Estiramiento estático pasivo de la musculatura isquiotibial. Foto 2: Estiramiento está- tico pasivo de la musculatura lumbar. Foto 3: Estiramiento estático pasivo de la musculatura del cuádriceps. Foto 4: Estiramiento estático pasivo músculos rotadores externos de hombro) 

Pero las dudas empezaron a aparecer cuando los fisioterapeutas del circuito se pusieron a analizar el trabajo que realizaban. Se pensaba, utilizando la lógica, que un estiramiento sin movimiento no podía preparar de forma correcta al músculo para un esfuerzo explosivo, que para ello se debería de realizar un movimiento dinámico. Igualmente se suponía que un estiramiento tumbado en una camilla no podía prevenir una lesión que podía aparecer durante un es- fuerzo extremo en la pista. Como último, se suponía que un ejercicio sin movimiento difícilmente podía calen- tar una articulación. Así es como se pusieron a investigar y encontraron multitud de estudios que reafirma- ban sus dudas. 

NUEVAS TEORÍAS

 

El primer estudio que abrió la caja de pandora fue realizado en Australia (A randomized trial of preexercise stretching for prevention of lower- limb injury, 2000, Pope) sobre más de 1500 reclutas que se encontraban realizando el servicio militar. El estudio tenía ciertas bases científicas y la conclusión a la que llegaban era que practicar una rutina de estiramientos estáticos antes del ejercicio no reducía en lo más mínimo el riesgo de padecer lesiones musculares y articulares en los miembros inferiores. 

Como consecuencia de este primer estudio se realizó un segundo para corroborar los datos. En este caso también en Australia y también sobre jóvenes reclutas (Effect of static stretching on prevention of injuries for military recruits, 2003, Amako). Esta vez los resultados fueron al- go más esperanzadores. El estudio demostró que realizar estiramientos estáticos podía prevenir en cierto grado las lesiones musculares pero que en ninguna manera podían pre- venir lesiones articulares o óseas. 

Rápidamente empezaron a aparecer detractores de estos dos estudios y se multiplaron las réplicas desde diferentes partes del planeta. Las mayores críticas se centraban en la imposibilidad de comparar a los reclutas- fuera de forma con deportistas de élite bien entrenados. 

Finalmente, en 2004, se publicó un estudio (March 2004 issue of Medicine & Science in Sports & Exercise®, Stephen B. Thacker) que intentó esclarecer toda la confusión que se había creado. Según los autores del artículo la utilización de los estiramiento se basaba en la intuición y añadían, además, que para conseguir reducir realmente el riesgo de lesiones se debe de realizar un calentamiento que incluya ejercicios de fuerza, ejercicios dinámicos, ejercicios de equilibrios y ejercicios aeróbicos. 

MOVILIZACIONES ARTICULARES

Las movilizaciones son movimientos articulares suaves, que llevan a la articulación de un extremo a otro y que, contrariamente a los estiramientos, se deben de repetir entre 10 y 20 veces, según el ejercicio. Es esta oscilación repetida la que hace que la articulación, que se encuentra deshidratada después de 8 horas de reposo durante la noche, empiece a lubri- 

carse de forma progresiva con líquido sinovial hasta llegar a un estado óptimo para realizar el ejercicio. Se debe de recalcar que, justamente este hecho, la lubricación y el aumento de la temperatura articular, es lo que hace interesante esta técnica y lo que ha hecho que más y más jugadores y fisioterapeutas la elijan por delante de otras como los estiramientos. 

STRESS STRETCHING

Los stress stretching tienen como característica el posicionamiento de la articulación que se quiere trabajar hasta una postura extrema. En esta postura y con el músculo en un estado de estiramiento, se realizarán pequeños movimientos de acortamiento y estiramiento con el fin de desestabilizar y de provocar un desequilibrio. Este tipo de estiramiento es el que más se asemeja a una situación real de juego y, consecuentemente, el más fiable si se pretende reducir el riesgo de lesiones por 

Progresión 

Nivel I: 

?Punto de apoyo A- fijo, en el suelo. 

?Punto de apoyo B- en las manos del terapeuta o balón suizo. 

Foto 5: Estiramiento de musculatura adductora con balón suizo. 

Nivel II: 

?Punto de apoyo A- plano inestable 

?Punto de apoyo B- en las ma- nos del terapeuta. 

Foto 6: Estiramiento de musculatura adductora nivel II.
Foto 7: Estiramiento de musculatura isquiotibial nivel II. 

Foto 8: Estiramiento de musculatura flexora de cadera nivel II. 

Nivel III: 

?Punto de apoyo A- plano inestable 

?Punto de apoyo B- plano inestable 

Foto 9: Estiramiento de musculatura adductora con los dos puntos de apoyo inestables. 

Nivel IV: 

?Cualquier combinación de las anteriores pero realizando un ejercicio diferente con las ex- tremidades superiores(golpes con la raqueta). 

Foto 10: Estiramiento de musculatura adductora realizando gestos de tenis. 

sobre-estiramiento. Aparte del componente de estiramiento también se consigue traba- jar la fuerza muscular, ya que los músculos que participan en el estiramiento tienen que hacer esfuerzo para equilibrarse. Finalmente, es el método ideal para trabajar músculos biarticulares y cadenas muscular es(isquiotibiales/cuádriceps). 

Este tipo de estiramientos tiene todavía poca base científica y está sujeto a la imaginación del terapeuta. Lo que sí que podemos corroborar es que la eficacia a nivel de 

sensaciones por parte del jugador es muy positiva y estamos convencidos de que su utilidad en la prevención de lesiones se de- mostrará en futuros estudios. 

Forma de trabajo: El jugador presentará dos puntos de apoyo. Un extremo se apoyará en el suelo, en una superficie fija o en un plano inestable (punto de apoyo A). El otro extremo será el móvil, el cual será operado por el fisioterapeuta que realizará pequeños movimientos de tracción, estiramiento, acortamiento (punto de apoyo B). 

Músicos y lesiones crónicas (artículo publicado en la revista Melómano Abril 2020)

Tiempo de lectura: 9 minutos

MÚSICOS Y LESIONES CRÓNICAS

Una visión actual de la relación entre los músicos profesionales y las lesiones que padecen en el día a día. Las causas, los diferentes tipos de lesiones, sus tratamientos y el punto de vista de un fisioterapeuta. 

Coescrito por Mariana Todorova y Juan Reque. 

Estamos acostumbrados a ver a deportistas profesionales recibir tratamientos o realizar ejercicios terapéuticos en gimnasios y centros deportivos. Cada lesión de Cristiano Ronaldo o Pau Gasol es descrita, no solo por médicos y fisioterapeutas, sino también por medios de comunicación. Las lesiones deportivas se han convertido en algo cotidiano, algo que no hay que esconder y que no tiene que provocar sentimiento de culpa por parte del atleta. 

Pero esta situación es diferente en otros ámbitos profesionales. Concretamente en el mundo de la música, mucho menos mediático y menos lucrativo, la situación es diferente. La música es una actividad profesional que requiere del mismo o más horas de práctica que el deporte profesional. Guitarristas, violinistas, pianistas… pasan horas y horas ensayando en solitario en casa. No hay cámaras de televisión ni reporteros de la prensa deportiva. Solo el instrumento, los tendones, los músculos y el esfuerzo del músico. 

Como media un músico ensaya 4 o 5 horas diarias. Horas en las que su cuerpo está en tensión. No una tensión dinámica como la de los atletas, sino una tensión estática en los que el músico realiza pequeños movimientos con los dedos y las manos. Sentado al frente del piano, sentado en una silla encorvado hacia delante o de pie con el violín al hombro los músculos se fatigan. La fatiga muscular no aparece de repente. Es después de una acumulación de días, años, cuando un día el músculo trapecio superior, el flexor de la muñeca o el cuadrado lumbar dice ¡basta! 

Mariana Todorova es un ejemplo de ello. Fuera del mundo especializado de la música es una ciudadana más. Pero, como mínima carta de presentación: ¡lleva 22 años como concertino de la Orquesta de RTVE! Su rutina diaria incluye cuatro a cinco horas diarias de dedicación exclusiva al violín. Y esto desde hace treinta años. Todo ello con una altísima exigencia añadida a la tensión de los conciertos en directo. Estos han sido los ingredientes necesarios para que la violinista desarrollara la llamada fatiga crónica por sobreuso. La fatiga llega a ser tal que causa dolor con solo coger el violín. El síndrome de sobreuso muscular, trauma acumulativo o fatiga crónica, se da en músicos por la acción repetitiva de movimientos con una postura comprometida frente al instrumento. Surge cuando un tejido, músculo, hueso, ligamento o tendón recibe una exigencia más allá del límite. Este sobreesfuerzo esto provoca pequeños traumatismo y rupturas con sangrado y edema que a medida que transcurre el tiempo se repite y rara vez llega a percibirse una curación por completo.

Contrariamente al deporte profesional, donde los atletas calientan, estiran, van al gimnasio y se dan masajes, los músicos no crecen con una cultura de “cuidarse” como los deportistas. Al no ser considerada una actividad deportiva la creencia errónea es que no hace falta cuidar el cuerpo para tocar un instrumento. Más que una creencia es desconocimiento y esto lleva a multitud de lesiones crónicas. Los músicos a lo largo de su carrera desarrollan lesiones. Según un estudio realizado en Australia en 2012 el 84% había experimentado dolor o lesiones que habían interferido ya sea al tocar su instrumento o al participar en ensayos y actuaciones orquestales normales. El 50% informó tener dolor o lesión en el momento de la encuesta, principalmente con trastornos que los músicos perciben como relacionados con el trabajo. El 28% había necesitado tomarse al menos un día libre del trabajo por ese dolor en los últimos 18 meses. Este estudio proporciona una fuerte evidencia de que las lesiones entre músicos son muy comunes en el mundo de las orquestas profesionales.

Las lesiones de los músicos, unas más llevaderas que otras, suelen ser crónicas y aparecen poco a poco. Los músculos, articulaciones y tendones van acumulando tensión y llega un día en el que aparece el dolor. Si en este momento no se toman medidas y se actúa con rapidez la lesión se puede hacer crónica y será mucho más complicado deshacerse de ella. Unas veces las tensiones aparecen por una mala técnica pero simplemente el hecho de tocar un instrumento muchas horas puede crear molestias y dolores. Entre las lesiones más comunes en los músicos de orquesta se encuentran:

  1. Tendinopatias de hombro, codo o muñeca. 
  2. De Quervain’s tenosynovitis. 
  3. Sindrome del tunel carpiano. 
  4. Bursitis subacromial de hombro. 
  5. Cervicalgias (dolores de cuello). 
  6. Lumbalgias (dolores de espalda).

A partir de aquí, una vez que el dolor está establecido en su cuerpo los músicos comienzan a buscar soluciones. Pero existen muy pocos especialistas en músicos. Lo normal es que los médicos recomienden reposo cuando muchas veces es lo contrario lo que necesita el cuerpo. Según Mariana: “El reposo no era suficiente para recuperar la musculatura a corto plazo y, poco a poco, el problema se ha ido agravando. Después de varios meses sin apenas tocar, entendí que el reposo no era el camino “ explica Mariana Todorova. “ El primer fisioterapeuta que me dijo que la fatiga crónica no se cura con reposo fue Juan Reque. Al contrario de lo que había hecho hasta ahora, habría que fortalecer los músculos, movilizar los nervios y liberar la fascia muscular. Me recomendó varios ejercicios para realizarlos todos los días en casa a parte del tratamiento en consulta.”

Una de las realidades cuando se tratan lesiones musculares asociados a la sobrecarga de los músicos es que el reposo no suele ayudar. Lógicamente no se debe de realizar la actividad si hay dolor a no ser que sea estrictamente necesario. Sería tirar piedras sobre nuestro propio tejado. Lo que hay que hacer es analizar y ver como podemos seguir haciendo la actividad sin la presencia de dolor. Unas veces la solución es reducir el tiempo de práctica o intercalar la práctica con descansos. Otras veces es adaptando o modificando la técnica con el fin de reducir el dolor. Hay que pensar, ser creativos. 

Continuar con la actividad es muy importante ya que si se deja de practicar la musculatura se va a debilitar y ahi existe el riesgo de caer en una espiral negativa que conlleva dolor y debilidad. Por lo tanto, una de las llaves del éxito es no dejar de tocar. Lo siguiente es fortalecer la musculatura que está contracturada después de tantas horas de práctica. Un músculo tenso puede parecer que está más fuerte. Pero es lo contrario. Las contracturas musculares y las lesiones provocan que los músculos cercanos a la lesión se debiliten. Hay que cortar esta línea de tensión y debilidad y la mejor forma es con actividad. El ejercicio provoca aumento del flujo sanguíneo, elasticidad y con el tiempo funcionalidad. Los ejercicios por supuesto deben de ser indoloros y adaptados a cada músico. Un análisis de los gestos que realiza cada músico y un esquema corporal del dolor que padece nos ayuda a definir cuales son los músculos o grupos musculares que no están funcionando a la perfección. Los ejercicios tienen que estar dirigidos a fortalecer dichas estructuras. Los planes generales que nos puede mandar un monitor de gimnasio pueden ser hasta negativos para la lesión. 

Por último, el tratamiento manual es imprescindible. Cuando el tejido muscular se irrita por sobreuso forma adherencias que comprometen el funcionamiento de la fascia, limitan la circulación a través del tejido subyacente e inhiben la función debido a la isquemia. La consecuencia es dolor e incapacidad de realizar correctamente la actividad. Las técnicas manuales como Thimblex deben aumentar y liberar el espacio entre la fascia superficial y profunda lo que mejora el flujo linfático y sanguíneo. Este proceso llevará a una “limpieza” de la zona lesionada. Las tratamientos también consiguen mejorar el deslizamiento de la fascia profunda lo que activará a los músculos implicados y provocará un reclutamiento adecuado de las fibras. 

Rehabilitar a un músico es como completar un puzzle. Hay muchas piezas que deben de encajar. Una buena terapia manual, rehabilitación, corrección postural y adaptación de las cargas permite la recuperación del músico, y lo que es más importante, evita tener que dejar de tocar y ensayar al tiempo que nos posibilita seguir disfrutando de la magia y el encanto de la música.

LA FÓRMULA MÁGICA 

Todos entendemos que para evitar averías en nuestro coche debemos ser cuidadosos con la revisión periódica del mismo. Para prevenir esas temibles lesiones que tanto conocemos, debemos incluir en nuestra rutina diaria pequeñas acciones para evitar posteriores “averías”.

Desde nuestro punto de vista no hay que hacer un trabajo intenso, no hay que pasarse largas horas en el gimnasio. Lo que hay que hacer son lo que llamamos “micro- sesiones” varias veces al día. Por ejemplo, realizar una rutina de movilidad de cinco minutos nada más despertarse, calentar con una goma elástica durante 5 minutos antes de ponerse a tocar o estirar por la noche viendo la televisión. Consideramos que esto tiene más sentido que ir al gimnasio dos veces a la semana. 

Con esta idea en mente hemos creado un “menu” que todo músico puede realizar diariamente. En el “menu” hay ejercicios para lubricar las articulaciones, ejercicios para fortalecer los músculos que tienden a debilitarse, ejercicios para estirar los tendones y, en general, una guía de actividades que nos ayudarán a estar lejos de las lesiones. 

1. EJERCICIOS DE MOVILIDAD

La movilidad es la capacidad de movimiento de las articulaciones, en el sentido más amplio y dinámico de la palabra. Está muy relacionada con la soltura o libertad que presentan las articulaciones en estado óptimo. Para que este ejercicio tenga los resultados esperados es necesario encontrar el equilibrio entre todos los músculos que rodean la articulación, de ahí su precisión. El mejor momento para estimular la movilidad articular es en la fase de calentamiento, es decir, antes de empezar a tocar o incluso por la mañana nada más despertarse. Existen infinidad de ejercicios de movilidad para cada articulación pero para este artículo hemos seleccionado cinco:

      • Movilidad de hombro. Las sobrecargas musculares en el hombro afectan negativamente a muchos músicos y, a la larga, pueden incluso crear lesiones en el codo. Para prevenir lesiones de hombro en general los movimientos de elevación y rotación tienen que estar sin restricciones. 
      • Movilidad de cuello. De la columna cervical parten los nervios braquiales, que son los que regulan la actividad de los brazos. Un cuello con sobrecargas musculares puede crear dolores de cabeza, dolores de cuello e incluso sensación de cosquilleo o debilidad en antebrazo y mano. El trabajo de movilidad de cuello debe de realizarse con mucha cautela y suavidad pero es importante conservar los movimientos en todas las direcciones. 
      • Movilidad de cadera. Cada vez más jugadores sufren de acortamientos en la articulación de la cadera que pueden influir negativamente en la rodilla. Mantener una buena movilidad de cadera, tanto en la flexión-extensión como en la rotación puede ayudar a prevenir lesiones en los músculos y tendones relacionados con la cadera. 
      • Movilidad de espalda baja. La columna lumbar está estrechamente relacionada con la cadera y consecuentemente con la rodilla. Mantener todos los movimientos de la espalda en buenas condiciones puede ayudar a prevenir muchas lesiones de cadera y rodilla. 

2. ESTIRAMIENTOS Y FLEXIBILIDAD. 

La flexibilidad se describe comúnmente como el rango en el que podemos mover una articulación, de un lado a otro. O, en términos simples, hasta dónde podemos llegar, doblar o girar. Cuando el objetivo es mejorar la flexibilidad, los músculos y la fascias que los recubren deben ser el foco principal del entrenamiento de flexibilidad. Si bien los huesos, las articulaciones, los ligamentos, los tendones y la piel contribuyen a la flexibilidad general, tenemos un control limitado sobre estos factores. Aunque hay muchas formas diferentes de realizar un estiramiento, los estiramientos estáticos son los que se recomiendan para músicos.

      • El término estiramientos estáticos se refiere a estiramientos que se realizan sin movimiento. En otras palabras, el individuo se coloca en la posición de estiramiento y mantiene el estiramiento durante un período de tiempo específico. Este tipo de estiramientos se utiliza después de tocar o en casa por la noche como sesión de relajación.  

3. EJERCICIOS DE FUERZA

Para prevenir lesiones tener una musculatura fuerte y equilibrada es fundamental. En músicos se debe prestar especial atención a la musculatura del tren superior y la espalda. Los ejercicios deben de fortalecer todos los músculos que intervienen en cada articulación, sobre todo, deben de ser ejercicios que trabajen todos los grupos musculares en colaboración, no aisladamente. 

      • Ejercicios con gomas. Son los ejercicios más fáciles de realizar, pero también muy efectivos. Basta con llevar una banda elástica en la mochila o bolso y se podrán realizar los ejercicios antes de tocar como calentamiento o después como parte de la preparación física. 
      • Ejercicios funcionales. Los ejercicios funcionales entrenan a varios músculos para trabajar juntos y prepararse para gestos deportivos. Son combinaciones de ejercicios, normalmente sin peso ni aparatos, que utilizan el propio peso corporal. 
      • Ejercicios con banda o TRX. Otra buena forma de fortalecer las piernas sin tener que ir al gimnasio. Hay tres o cuatro ejercicios muy efectivos que se pueden realizar con estas bandas y son, sobre todo, los que combinan el fortalecimiento piernas y brazo. 

EL TRATAMIENTO UNA VEZ QUE APARECE EL DOLOR

El tratamiento manual, una vez que notamos molestias, es imprescindible. Cuando el tejido muscular se irrita por sobreuso forma adherencias que comprometen el funcionamiento de la fascia, las cuales limitan la circulación a través del tejido subyacente e inhiben la función debido a la isquemia. Los músculos del cuello, hombro, brazos y espalda son muy propensos a estas adherencias. La consecuencia es dolor e incapacidad de realizar correctamente la actividad y mayor riesgo de padecer lesiones. Los tratamientos deben de ir encaminados a aumentar y liberar el espacio entre la piel y la fascia superficial y a mejorar el deslizamiento entre la fascia superficial y profunda. Este proceso llevará a una “limpieza” de la zona lesionada. Un tratamiento bien realizado mejorará el flujo linfático y sanguíneo y, consecuentemente, provocará un reclutamiento adecuado de las fibras de los músculos implicados.

Existen varios tipos de tratamientos que consiguen estos efectos. Entre ellos se encuentran los siguientes:

  • Automasaje con foam roller, palo o stick: Esta es la mejor manera de relajar los músculos de la espalda y hombros. También es un ejercicio adecuado como trabajo preventivo. Los movimientos longitudinales que podemos hacer desde el cuello hasta la columna lumbar van a ayudar a relajar los músculos a la vez que eliminan la toxinas producidas durante el ejercicio. La musculatura dorsal, los hombros y piernas también se pueden trabajar con el rodillo. 
  • Thimblex: Es una técnica manual que trata de abrir las líneas de comunicación en todo el cuerpo al borrar la memoria somática del tejido, elimina sustancias tóxicas que han quedado atrapadas en la malla de fibras y resuelve el dolor de los tendones. Todo esto permitirá que los vasos sanguíneos y los vasos linfáticos se dilaten (se abran), lo que aumentará la circulación de ambos fluidos.

Blinda tus isquios. (artículo publicado en la revista Runners Abril 2020)

Tiempo de lectura: 11 minutos

LESIONES EN LOS ISQUIOTIBIALES EN CORREDORES

Por Juan Reque.

La última competición en la carrera profesional de Usain Bolt acabó en lesión. Era la prueba de 4×100 metros en el Campeonato del Mundo de Londres en 2017. Tras 21 zancadas en la posta final del relevo se echó la mano a la parte posterior del muslo y acabó en el suelo. 

Fabian Roncero, uno de los mejores fondistas españoles, a falta de 2 km para terminar el maratón de Rotterdam en 1998, tuvo que pararse a estirar la parte posterior de la pierna. Aun con este tiempo perdido acabó la carrera batiendo el récord de España. 

Derek Redmond, velocista Británico de 400 metros se lesionó corriendo en los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992, también en el muslo posterior, y terminó la carrera- en una imagen que dio la vuelta al mundo – cojeando apoyado en los hombros de su padre.

Todos estos ejemplos son deportista de élite  que durante una carrera, ya sea un sprint o una carrera de fondo, sufrieron una lesión en la parte posterior del muslo, los llamados isquiotibiales. 

Pero no solo los atletas profesionales se ven afectados por este tipo de tirones a la hora de correr. Todos los fines de semana multitud de atletas no pueden acudir por lesión a alguna carrera para la que llevaban meses entrenando y muchos otros se lesionan durante la prueba. 

Tomamos como ejemplo a David Cabeza, un corredor popular muy conocido en las pruebas de cross y fondo en Madrid. Su constancia y perseverancia a la hora de entrenar y competir le han hecho conseguir grandes marcas. Ya bien entrado en los 40 años, impresionan sus marcas: 33:16 en la última San Silvestre Vallecana o 1:12 en la Behobia- San Sebastian. Si le vemos correr no parece que se haya lesionado nunca, ya que raras veces se salta un entrenamiento o es raro el fin de semana que no se le vea bajo la pancarta de salida de alguna carrera. Pero si indagamos un poco sobre sus lesiones nos cuenta que en los últimos 3 o 4 años se ha lesionado unas 3 veces la zona de los isquiotibiales. Una de ellas incluso llegó a ser una rotura parcial de tendón que le tuvo apartado del asfalto unos 6 meses. El resto fueron todas tendinopatias de los isquiotibiales. Preguntándole cuando cree que es el momento de mayor riesgo de lesionarse, la respuesta es contundente: “Cuando hago series y en los días previos he entrenado de forma más intensa”. Las series a las que se refiere David lógicamente son rápidas, en muchos casos en pista. No es casualidad que todos los casos a los que nos hemos referido hasta ahora sean de corredores que a la hora de lesionarse estaban corriendo “rápido”. 

Varios estudios intentan explicar el porqué del gran número de lesiones de isquiotibiales en corredores de nivel alto y su explicación está en la llamada “relación de activación” entre los grupos musculares de la parte anterior de la muslo (cuádriceps: C) y los de la parte posterior (isquiotibiales: I). Al correr, estos músculos trabajan al unísono y en colaboración moviendo las articulaciones de la cadera y la rodilla. La relación de activación entre cuádriceps e isquiotibiales aumenta progresivamente a medida que vamos corriendo más rápido. Cuanto mayor sea la velocidad, mayor trabajo provendrá de los isquiotibiales (Camic et al.2015).  Según un estudio realizado con el aparato Myontec Mbody, en carreras de resistencia corriendo a una velocidad lenta la relación es del 45% de cuádriceps/55% de isquiotibiales(C/I). Corriendo a una intensidad más alta la relación será del 40%/60% y en carreras de velocidad, la relación C/I aumenta hasta un 30%/70% en velocistas altamente entrenados. Es decir, el 70% de la fuerza para impulsarse viene de la parte posterior del muslo. Debe tenerse en cuenta que a la hora de prevenir las lesiones, la fuerza de los isquiotibiles no es un factor determinante, lo que que es realmente importante es la relación equilibrada entre los cuadriceps y los isquiotibiales (Sundby & Gorelick 2014).

Lógicamente una de la causa más común de las lesiones en los isquiotibiales es el ejercicio físico. Si no corremos, rara vez nos lesionaremos estos músculos. Como hemos podido ver, correr rápido puede producir contracturas, tirones y, de mayor gravedad, roturas parciales o completas. Las características de las lesiones de isquiotibiales son muy similares a otras lesiones en otros músculos. Lo que realmente es de interés es poder analizar por qué los atletas se lesionan tanto estos músculos. En varios estudios se constata que casi el 50% de las lesiones de los corredores son en los isquiotibiales.

Otra teoría que intenta explicar la razón de estas lesiones es la del trabajador de oficina. Como ejemplo podemos poner a Elena Junco, una corredora que trabaja delante de un ordenador y que además tiene que realizar 2 horas de coche para ir y volver del trabajo cada día. Madre de familia y corredora desde hace muchos años ha participado en varios maratones en los que incluso ha bajado de 4 horas, aunque ahora se dedica más a las carreras de montaña. No ha tenido grandes molestias en todos estos años pero si tiene una zona susceptible a lesionarse es la parte posterior del muslo. Según comenta: “Cada temporada tengo que parar varios días, incluso semanas, por que me duelen los isquiotibiales”. En su caso el problema no viene por correr muy rápido, ya que rara vez hace entrenamientos de velocidad. Muchos médicos y entrenadores ven en todas esas horas sentada en una silla o en el coche el origen del problema.

En un articulo recientemente publicado por Gema Garcia Marcos en el diario El Mundo (2017) las lesiones en piernas se achacan en gran medida a pasarse sentado ocho horas cada día lo que, según escribe: “Muscularmente, el daño que supone pasarse el día con el trasero pegado a la silla es devastador. Contracturas y acortamientos producidos por las malas posturas continuas se manifiestan en forma de dolor.” Los deportistas profesionales tienen el privilegio de poder entrenar duro, pero también de poder dedicar el resto del día a recuperarse del esfuerzo realizado haciendo sesiones suaves de gimnasio, recibiendo masajes o simplemente tumbados en el sofá. Pero esa no es la realidad del 99% de los corredores que, después de levantarse temprano para correr, a veces tienen que pasarse una hora en el coche para llegar al trabajo y pasarse otras 8 o 10 horas sentados en frente de un ordenador. Esto supone que los músculos isquiotibiales se encontrarán en posición acortada la mitad del día. Un estudio realizado por Ghulam Fatima 2017 investigó la correlación entre pasarse sentado 6 a 8 horas al día y el acortamiento de los isquiotibiales. Después de investigar a 200 personas concluyeron que estar sentado de forma prolongada contribuye a un aumento de la tensión de la parte posterior del muslo y, consecuentemente, a un mayor riesgo de padecer lesiones. Visto desde otra perspectiva también se puede decir que el acortamiento prolongado de un grupo muscular no ayuda a la relajación del mismo, en otras palabras, si tenemos una lesión en los isquiotibiales por haber corrido rápido, el estar sentado tanto tiempo no ayudará a su recuperación. 

La última teoría que vamos a presentar en este artículo es la del calentamiento. Como ejemplo tenemos a Daniel Perez, jugador de futbol y corredor. A Daniel, a sus 20 años, lo que le apasiona es el futbol. Pero los fines de semana que no toca partido le gusta participar en carreras de 10 kilómetro. Debido a su juventud y a su buena forma física es capaz de ponerse a correr sin calentar y no necesita esos 20 minutos de adaptación que son imprescindibles en corredores con más años de experiencia o más kilómetros en las piernas.  Por ahora las lesiones no son una preocupación para Daniel y es justo este aspecto lo que puede llevar a lesiones. Correr rápido, sobre todo en competiciones, desde el primer kilómetro y sin haber calentado es un caldo de cultivo para las lesiones.  Varios estudios han intentado demostrar la relación entre calentamiento y lesiones y, sobre todo, entre estiramientos y lesiones. Ninguno ha conseguido evidenciar categóricamente esta teoría, pero utilizando el sentido común y la experiencia podemos concluir que realizar un buen calentamiento reduce el riesgo de padecer lesiones. Cuanto más corta sea la carrera más importancia tendrá el calentamiento. Los científicos tampoco se ponen de acuerdo cómo tienen que ser estos calentamientos. La gran mayoría considera que el calentamiento dinámico es el más adecuado antes de una carrera.

¿QUÉ SON LOS ISQUIOTIBIALES?

Los isquiotibiales son un grupo muscular situado en la parte posterior del muslo. Su origen está por debajo de los glúteos, en la pelvis y su inserción es en el pliegue posterior de la rodilla, en la tibia, fémur y peroné. 

Concretamente los músculos isquiotibiales son tres:

  • Semitendinoso. 
  • Semimembranoso. 
  • Biceps femoral. 

No se usan mucho al estar de pie o caminar, pero se activan durante las ejercicios que implican doblar la rodilla, como correr o saltar. 

Los músculos isquiotibiales se lesionan como cualquier otro músculo pasando de leve tirón o contractura a rotura parcial y, en el peor de los casos, a rotura completa. El tiempo de recuperación de una lesión de los isquiotibiales dependerá de la gravedad de la lesión.

Las lesiones en los isquiotibiales son muy frecuentes en corredores, tanto aficionados, como profesionales. Su incidencia en corredores, sobre todo velocistas, es más alta que en otros deportes como fútbol o baloncesto. Dentro de los velocistas las lesiones de isquiotibiales pueden suponer casi un 50 % de las lesiones que padecen (Gaku et. Al 2018).

Una característica de los músculos isquiotibiales es que una gran parte de su estructura está formada por tendones. El músculo semitendinoso, por ejemplo, presenta un tendón muy largo en su inserción y es bien sabido que los tendones en general tardan más en recuperarse de una lesión que los músculos (Fan Wu et. Al 2017). Su aporte sanguíneo es menor con lo que, una vez lesionados, no le llega suficiente sangre oxigenada para reparar los tejidos. 

Otra complejidad de los músculos isquiotibiales es que son músculos que atraviesan dos articulaciones, son músculos biarticulares. Sus acciones, por tanto, son más complejas que los músculos que solo se pasan por una sola articulación. 

Por último hemos observado que las lesiones, sobre todo las crónicas, pueden llevar a crear adherencias entre los músculos y la piel. Como describe Mark Lindsey en su libro “FASCIA: Clinical Applications for Health and Human Performance” estas adherencias pueden transformarse en una sustancia similar a un gel que limita el movimiento. 

LA PREVENCION DE LAS LESIONES DE ISQUIOTIBIALES

Como hemos podido ver, lo importante a la hora de prevenir lesiones de isquiotibiales es que los músculos de la parte anterior y posterior estén equilibrados. No basta con fortalecer los músculos de las piernas aisladamente como se hace de forma habitual en gimnasios. Hay que hacer un trabajo de fortalecimiento funcional en el que los dos grupos musculares trabajen al unísono y en equilibrio.

A parte de la fuerza, otro aspecto fundamental es la movilidad de cadera. Se sospecha que las lesiones de rodilla y muslo están directamente relacionadas con rigidez o limitación en los movimientos que flexionan y extienden la cadera y en los movimientos de rotación. 

Un buen programa de prevención deberá hace hincapié en lo siguiente:

  • Estiramiento y movilidad de cadera, sobre todo en los movimientos de flexión- extensión y rotación.
  • Fortalecimiento global y funcional de la musculatura de cadera y muslo. 
  • EJERCICIOS DE MOVILIADAD Y ESTIRAMIENTOS 
    • LA FLEXIBILIDAD O ESTIRAMIENTOS. La flexibilidad se describe comúnmente como el rango en el que podemos mover una articulación, de un lado a otro. O, en términos simples, hasta dónde podemos llegar, doblar o girar. Cuando el objetivo es mejorar la flexibilidad, los músculos y la fascias que los recubren deben ser el foco principal del entrenamiento de flexibilidad. Si bien los huesos, las articulaciones, los ligamentos, los tendones y la piel contribuyen a la flexibilidad general, tenemos un control limitado sobre estos factores. Aunque hay muchas formas diferentes de realizar un estiramiento, todas se pueden agrupar en estas dos categorías: estática o dinámica (los estiramientos dinámicos los vamos a englobar dentro de los ejercicios de movilidad).
      • El término estiramientos estáticos se refiere a estiramientos que se realizan sin movimiento. En otras palabras, el individuo se coloca en la posición de estiramiento y mantiene el estiramiento durante un período de tiempo específico. Este tipo de estiramientos se utiliza después de correr o en casa por la noche como sesión de relajación.  
    • EJERCICIOS DE MOVILIDAD (estiramientos dinámicos). Como su propio nombre indica, estamos ante la capacidad de movimiento de las articulaciones, en el sentido más amplio y dinámico de la palabra. Para que este ejercicio tenga los resultados esperados es necesario encontrar el equilibrio entre todos los músculos que rodean la articulación, de ahí su precisión. El mejor momento para estimular la movilidad articular es en la fase de calentamiento, es decir, al inicio de la sesión de ejercicios.
      • Movilidad de rodilla. Para prevenir lesiones de isquiotibiales y de rodilla en general los movimientos de flexion y extension de rodilla tienen que estar sin restricciones. 
      • Movilidad de cadera. Cada vez más deportistas sufren de acortamientos en la articulación de la cadera que pueden influir negativamente en la rodilla. Mantener una buena movilidad de cadera, tanto en la flexión-extensión como en la rotación puede ayudar a prevenir lesiones en los músculos y tendones relacionados con la cadera.  
      • Movilidad de espalda baja. La columna lumbar está estrechamente relacionada con la cadera y consecuentemente con la rodilla. Mantener todos los movimientos de la espalda en buenas condiciones puede ayudar a prevenir muchas lesiones de cadera y rodilla. 
  • Ejercicios de fortalecimiento: Para prevenir lesiones en los isquiotibiales una musculatura fuerte y equilibrada es fundamental. Los ejercicios deben de fortalecer los músculos anteriores, laterales y posteriores del muslo. Sobre todo, deben de ser ejercicios que trabajen todos los grupos musculares en colaboración, no aisladamente. 
      • Ejercicios con gomas. Son los ejercicios más fáciles de realizar, pero también muy efectivos. Basta con llevar una banda elástica en la bolsa y se podrán realizar los ejercicios antes de entrenar como calentamiento o después como parte de la preparación física. Los grupos musculares que mejor se trabajan con las gomas son los músculos estabilizadores de la cadera. Entre ellos se encuentran el cuadrado lumbar, el glúteo mediano y el tensor de la fascia lata. 
      • Ejercicios funcionales. Los ejercicios funcionales entrenan a varios músculos para trabajar juntos y prepararse para gestos deportivos. Son combinaciones de ejercicios, normalmente sin peso ni aparatos, que utilizan el propio peso corporal. 
      • Ejercicios con banda o TRX. Otra buena forma de fortalecer las piernas sin tener que ir al gimnasio. Hay tres o cuatro ejercicios muy efectivos que se pueden realizar con estas bandas y son, sobre todo, los que combinan el fortalecimiento de glúteos, cuádriceps y gemelos.

EL TRATAMIENTO DE LAS LESIONES DE ISQUIOTIBIALES 

El tratamiento manual, una vez que notamos molestias, es imprescindible. Cuando el tejido muscular se irrita por sobreuso forma adherencias que comprometen el funcionamiento de la fascia, las cuales limitan la circulación a través del tejido subyacente e inhiben la función debido a la isquemia. Los músculos isquiotibiales son muy propensos a estas adherencias. La consecuencia es dolor e incapacidad de realizar correctamente la actividad. Los tratamientos deben de ir encaminados a aumentar y liberar el espacio entre la piel y la fascia superficial y a mejorar el deslizamiento entre la fascia superficial y profunda. Este proceso llevará a una “limpieza” de la zona lesionada. Un tratamiento bien realizado mejorará el flujo linfático y sanguíneo y, consecuentemente, provocará un reclutamiento adecuado de las fibras de los músculos implicados.

Existen varios tipos de tratamientos que consiguen estos efectos. Entre ellos se encuentran los siguientes:

  • Automasaje con foam roller, palo o stick: Esta es la mejor manera de relajar los músculos de la pierna uno mismo. Los pases longitudinales que podemos hacer desde los glúteos hasta la cadera van a ayudar a relajar los músculos a la vez que eliminan la toxinas producidas durante el ejercicio. 
  • Thimblex: Es una técnica manual que trata de abrir las líneas de comunicación en todo el cuerpo al borrar la memoria somática del tejido, elimina sustancias tóxicas que han quedado atrapadas en la malla de fibras y resuelve el dolor de los tendones. Todo esto permitirá que los vasos sanguíneos y los vasos linfáticos se dilaten (se abran), lo que aumentará la circulación de ambos fluidos.

Estudios

1.Muscle activation of the quadriceps and hamstrings during incremental running. Camic et. Al 2015. 

2. Relationship between functional hamstring: quadriceps ratios and running economy in highly trained and recreational female runners. Sundby & Gorelick 2014.

3. The Risk Factors of Hamstring Strain Injury Induced by High-Speed Running. Gaku et. Al 2018. 

4. Extended sitting can cause hamstring tightness. Ghulam Fatima et. Al 2017. 

5. FASCIA: Clinical Applications for Health and Human Performance. Mark Lindsey 2005.

6. Pasarte ocho horas sentado es letal para tu salud. Gema Garcia Marcos 2017.

7. Tendon injuries. Fan Wu et. Al 2017.

Las rodillas de Nadal. (artículo publicado en la revista Grand Slam febrero 2020)

Tiempo de lectura: 9 minutos

“LAS RODILLAS DE NADAL”

Por Juan Reque. Febrero 2020.

INTRODUCCIÓN

En el año 2003 yo estaba trabajando como fisioterapeuta de los servicios médicos de la ATP en el  torneo de  Stuttgart, Alemania. Uno de los primeros días de torneo entró en la sala de tratamiento un jugador joven con su entrenador. Yo sabía que ese jugador era una futura estrella y que a sus 17 años ya estaba jugando torneos profesionales. Sabía que su nombre era Rafael y que era de Mallorca. El motivo por el cual entraron en la sala era porque a Rafael le dolía una rodilla. Sin entrar en mucho detalle, su caso era similar al de muchos otros jugadores. Una o las dos rodillas empiezan a doler un día sin previo aviso. El dolor en un principio, se siente más al subir o bajar escaleras, por la mañana al despertarse o después de jugar. Normalmente una vez que el jugador calienta, el dolor desaparece. Pero esta es solo la primera fase. En la segunda fase el dolor no se va durante el calentamiento e incluso va a peor a medida que pasa el tiempo jugando. En una tercera fase el dolor impide la práctica del tenis.

Estos síntomas son característicos de las tendinitis de rodilla, tanto rotuliana como patelar. Tendinitis es un término que ha dejado de usarse en el mundo de la medicina deportiva y ha sido sustituido por tendinopatía o tenosinovitis. Independientemente del nombre que se le quiera dar el problema es un sufrimiento del tendón que a veces cursa con engrosamiento e inflamación.

Llevamos años leyendo en la prensa deportiva sobre la tendinitis rotuliana o patelar que sufre Rafael, le hemos visto jugar en infinidad de ocasiones con esos característicos vendajes debajo de la rótula y también hemos observado como los fisioterapeutas de la ATP le hacían tratamientos en la pista. No es un secreto que su problema han sido los tendones de la rodilla. Él mismo lo ha mencionado en varias entrevistas: “Mi sensación es que ni me he roto un ligamento ni ha sido nada de menisco. Sé muy bien lo que hay y lo que hay es el tendón”.

Podemos preguntarnos entonces: ¿cuál ha sido realmente su problema? Pero más importante, por qué un deportista como Rafael con los mejores medios médicos a su alcance ha sufrido de problemas de rodilla durante toda su carrera?

REPASO ANATÓMICO

Los tendones son cordones fuertes de tejido fibroso que unen los músculos a los huesos. La rótula está unida a los músculos cuádriceps en la parte superior por el tendón del cuádriceps y en la parte inferior a la tibia por el tendón patelar. Ambos tendones trabajan con los músculos de la parte delantera del muslo – cuádriceps –  para extender la pierna y son imprescindibles para andar y correr. 

Una  tendinopatía significa dolor de un tendón, no significa daño al tendón, aunque pueden observarse algunos cambios estructurales. Las tendinopatías suelen ser lesiones por uso excesivo que tienen un inicio gradual de dolor pero también pueden desarrollarse después de un golpe directo al tendón. 

Una teoría que trata de explicar el origen de las tendinopatías es la siguiente: debido a un sobre- esfuerzo o un movimiento violento se produce una microrotura en algunas fibras del tendón lo que causa una inflamación. Esta rotura en condiciones normales se cura de forma natural en unos días. Pero si antes de llegar a la curación realizamos otro esfuerzo la micro- rotura retrasa su curación. Si este fenómeno se repite varias veces el tendón no consigue curarse del todo. La opinión actual de los investigadores es que esta teoría de micro- roturas acumulativas es la causa por la cual un deportista puede desarrollar una lesión en los tendones de la rodilla. 

Una vez que la lesión se instaura en el cuerpo y pasan varias semanas hay otra concatenación de factores negativos que no ayudan a su curación. La inflamación hace que no fluya bien el flujo linfático y sanguíneo. Esto provoca un estancamiento de los fluidos y adherencias en las distintas capas de músculos, fascias y piel. Al no llegar sangre oxigenada de forma correcta a la zona afectada no se pueden limpiar las sustancias químicas inflamatorias y el proceso de curación se retrasa en el tiempo. Se entra en un círculo viscoso de inflamación – dolor – debilidad – mala circulación del que es difícil salir sin un tratamiento médico o fisioterapéutico y un programa de ejercicios adecuado. 

LA IMPORTANCIA DE PARAR

El verdadero problema de las tendinopatías es que lleguen a hacerse crónicas. Una lesión crónica es aquella que se prolonga en el espacio de tiempo por más de una semana o dos semanas. Como se ha visto anteriormente en la mayoría de las ocasiones es posible hacer desaparecer un dolor en el tendón si se trata con rapidez e inmediatez. En gran medida, la responsabilidad de que una lesión de tendón se instale o no de forma permanente recae en el deportista o en su equipo médico. Como ejemplo, si un jugador – de cualquier nivel – en el momento en el que siente un dolor descansa unos días y recibe algún tratamiento fisioterapéutico, el dolor suele desaparecer y puede continuar con su deporte sin mayores problemas. Pero si hace caso omiso al dolor y sigue jugando, ya sea porque tiene un torneo importante o porque cree que va a perder la forma, entonces puede que el dolor no se vaya tan fácilmente. Hay casos, como el de Rafael Nadal, en el que el deportista convive con el dolor durante años. En mi opinión, son los primeros días los que condicionan la evolución de la lesión. Analizar cada dolor, parar si es necesario y retornar de forma progresiva es la clave del éxito.

POR QUE SURGEN LAS TENDINOPATIAS

En muchas ocasiones no es fácil definir el origen de las tendinopatías. A veces la causa son varios factores pero entre los más comunes se encuentran los siguientes: 

  • Aumento rápido del tiempo e intensidad de entrenamientos o partidos. Es frecuente que las tendinopatías surjan después de un torneo duro o de una semana intensiva de entrenamientos. Hay que cuidar los descansos y la recuperación en el caso que tengamos que competir o jugar más tiempo del acostumbrado
  • Cambios de superficie. Si cambiamos de tierra batida o dura o viceversa tenemos que hacerlo de forma progresiva. Los cambios, sobre todo a superficie dura, pueden crear mayor estrés en articulaciones y tendones. 
  • Práctica de otros deportes. La típica pachanga de fútbol por navidad o participar en una carrera de 10 kilómetros puede ocasionar lesiones en algún tendón. Hay que tener mucho cuidado al participar en actividades a las que no estamos acostumbrados.
  • Técnica defectuosa. Puede ocurrir que un mal movimiento de saque o unos desplazamientos incorrectos desarrollen una tendinopatía. Es importante trabajar el físico fuera de la pista para mantener los músculos equilibrados y trabajando de forma correcta. 
  • Flexibilidad y movilidad articular acortada. Las rodillas sufren mucho si la movilidad de las caderas está limitada. Es importante hacer un buen calentamiento articular antes de jugar, basado en ejercicios dinámicos y estirar después para relajar la musculatura.

LA PREVENCION DE LAS LESIONES DE ISQUIOTIBIALES

Como hemos podido ver, lo importante a la hora de prevenir lesiones de rodilla es que los músculos de la parte anterior y posterior estén equilibrados. No basta con fortalecer los músculos de las piernas aisladamente como se hace de forma habitual en gimnasios. Hay que hacer un trabajo de fortalecimiento funcional en el que los dos grupos musculares trabajen al unísono y en equilibrio.

A parte de la fuerza, otro aspecto fundamental es la movilidad de cadera. Se sospecha que las lesiones de rodilla y muslo están directamente relacionadas con rigidez o limitación en los movimientos que flexionan y extienden la cadera y en los movimientos de rotación. 

Un buen programa de prevención deberá hace hincapié en lo siguiente:

  • Estiramiento y movilidad de cadera, sobre todo en los movimientos de flexión- extensión y rotación.
  • Fortalecimiento global y funcional de la musculatura de cadera y muslo. 
  • EJERCICIOS DE MOVILIADAD Y ESTIRAMIENTOS 
    • LA FLEXIBILIDAD O ESTIRAMIENTOS. La flexibilidad se describe comúnmente como el rango en el que podemos mover una articulación, de un lado a otro. O, en términos simples, hasta dónde podemos llegar, doblar o girar. Cuando el objetivo es mejorar la flexibilidad, los músculos y la fascias que los recubren deben ser el foco principal del entrenamiento de flexibilidad. Si bien los huesos, las articulaciones, los ligamentos, los tendones y la piel contribuyen a la flexibilidad general, tenemos un control limitado sobre estos factores. Aunque hay muchas formas diferentes de realizar un estiramiento, todas se pueden agrupar en estas dos categorías: estática o dinámica (los estiramientos dinámicos los vamos a englobar dentro de los ejercicios de movilidad).
      • El término estiramientos estáticos se refiere a estiramientos que se realizan sin movimiento. En otras palabras, el individuo se coloca en la posición de estiramiento y mantiene el estiramiento durante un período de tiempo específico. Este tipo de estiramientos se utiliza después de jugar o en casa por la noche como sesión de relajación.  
    • EJERCICIOS DE MOVILIDAD (estiramientos dinámicos). Como su propio nombre indica, estamos ante la capacidad de movimiento de las articulaciones, en el sentido más amplio y dinámico de la palabra. Para que este ejercicio tenga los resultados esperados es necesario encontrar el equilibrio entre todos los músculos que rodean la articulación, de ahí su precisión. El mejor momento para estimular la movilidad articular es en la fase de calentamiento, es decir, al inicio de la sesión de ejercicios.
      • Movilidad de rodilla. Para prevenir lesiones de de rodilla en general los movimientos de flexión y extension de rodilla tienen que estar sin restricciones. 
      • Movilidad de cadera. Cada vez más jugadores sufren de acortamientos en la articulación de la cadera que pueden influir negativamente en la rodilla. Mantener una buena movilidad de cadera, tanto en la flexión-extensión como en la rotación puede ayudar a prevenir lesiones en los músculos y tendones relacionados con la cadera.  
      • Movilidad de espalda baja. La columna lumbar está estrechamente relacionada con la cadera y consecuentemente con la rodilla. Mantener todos los movimientos de la espalda en buenas condiciones puede ayudar a prevenir muchas lesiones de cadera y rodilla. 
  • Ejercicios de fortalecimiento: Para prevenir lesiones en la rodilla una musculatura fuerte y equilibrada es fundamental. Los ejercicios deben de fortalecer los músculos anteriores, laterales y posteriores del muslo. Sobre todo, deben de ser ejercicios que trabajen todos los grupos musculares en colaboración, no aisladamente. 
      • Ejercicios con gomas. Son los ejercicios más fáciles de realizar, pero también muy efectivos. Basta con llevar una banda elástica en el termo y se podrán realizar los ejercicios antes de jugar como calentamiento o después como parte de la preparación física. Los grupos musculares que mejor se trabajan con las gomas son los músculos estabilizadores de la cadera. Entre ellos se encuentran el cuadrado lumbar, el glúteo mediano y el tensor de la fascia lata. 
      • Ejercicios funcionales. Los ejercicios funcionales entrenan a varios músculos para trabajar juntos y prepararse para gestos deportivos. Son combinaciones de ejercicios, normalmente sin peso ni aparatos, que utilizan el propio peso corporal. 
      • Ejercicios con banda o TRX. Otra buena forma de fortalecer las piernas sin tener que ir al gimnasio. Hay tres o cuatro ejercicios muy efectivos que se pueden realizar con estas bandas y son, sobre todo, los que combinan el fortalecimiento de glúteos, cuadriceps y gemelos.

EL TRATAMIENTO DE LAS LESIONES DE ISQUIOTIBIALES 

El tratamiento manual, una vez que notamos molestias, es imprescindible. Cuando el tejido muscular se irrita por sobreuso forma adherencias que comprometen el funcionamiento de la fascia, las cuales limitan la circulación a través del tejido subyacente e inhiben la función debido a la isquemia. Los músculos isquiotibiales y los cuádriceps son muy propensos a estas adherencias. La consecuencia es dolor e incapacidad de realizar correctamente la actividad y mayor riesgo de padecer lesiones de rodilla. Los tratamientos deben de ir encaminados a aumentar y liberar el espacio entre la piel y la fascia superficial y a mejorar el deslizamiento entre la fascia superficial y profunda. Este proceso llevará a una “limpieza” de la zona lesionada. Un tratamiento bien realizado mejorará el flujo linfático y sanguíneo y, consecuentemente, provocará un reclutamiento adecuado de las fibras de los músculos implicados.

Existen varios tipos de tratamientos que consiguen estos efectos. Entre ellos se encuentran los siguientes:

  • Automasaje con foam roller, palo o stick: Esta es la mejor manera de relajar los músculos de la pierna uno mismo. Los pases longitudinales que podemos hacer desde los glúteos hasta la cadera van a ayudar a relajar los músculos a la vez que eliminan la toxinas producidas durante el ejercicio. 
  • Thimblex: Es una técnica manual que trata de abrir las líneas de comunicación en todo el cuerpo al borrar la memoria somática del tejido, elimina sustancias tóxicas que han quedado atrapadas en la malla de fibras y resuelve el dolor de los tendones. Todo esto permitirá que los vasos sanguíneos y los vasos linfáticos se dilaten (se abran), lo que aumentará la circulación de ambos fluidos.

En definitiva, las tendinopatías de rodilla se convierten en un gran problema si se vuelven crónicas. Escuché un día a un comentador en la televisión decir: ¿Cuántos Grand Slams habría ganado Rafael Nadal sin el problema con sus rodillas? Yo siempre me he preguntado: ¿Si Rafael hubiese parado unas semanas después del torneo de Stuttgart en 2003 podría haber solucionado el problema y evitarse todos esos dolores durante toda su carrera? Nunca lo sabremos. Pero lo que si sabemos es que un dolor en la rodilla, si se trata con inmediatez y de forma correcta, se puede solucionar en unos días. A cualquier nivel, no solo en los deportistas de élite. Hay que invertir por tanto más tiempo y esfuerzo en prevenir las lesiones y en atajarlas a las primeras señales. 

La confusión de las lesiones

Tiempo de lectura: 3 minutos

Recientemente ha llamado mi atención un post en Facebook. Un miembro de un foro de corredores populares lanzó una pregunta. 

En este blog me gustaría analizar alguna de las respuestas, no con el propósito de criticar ni aleccionar, simplemente quiero reflejar la dificultad a la que se enfrentan diariamente los corredores cuando se lesionan. Distinta información, consejos de familiares, consejos en internet… como saber que tratamiento hacer o a donde acudir?

 

La pregunta era si alguien podía recomendar un sitio para hacer plantillas ya que con sesiones de fisioterapia no había mejorado el dolor de rodilla que esta persona padecía desde hace unos meses. 

A partir de aquí la maquinaria de Facebook se puso en funcionamiento y enseguida empezaron a llegar consejos. 

Entre » » van los comentarios o posts de la gente que respondió. 

Consejo 1 

«Compañero yo tuve la cintilla, con la epa en dos sesiones curado y no he vuelto a recaer»

¡La búsqueda del milagro! Siempre aparece alguien que se ha curado de una lesión en un par de sesiones. ¡La magia existe! La realidad es que muy pocas veces un deportista se cura con una inyección, una pastilla o incluso con una operación. Puede que esta persona haya tenido suerte, quizás acudió al fisioterapeuta nada mas notar el dolor o puede que sea la excepción que confirma la regla. Si hubiese un método más eficaz que los demás, tanto que pudiese curar una lesión en 2 sesiones, sería el único método en el mercado. Pero la realidad es que hay cientos de métodos, cientos de tratamientos y ninguno es más eficaz que otro. Todos tienen sus indicaciones y sus defectos. La idea es que cada lesión tiene un tiempo de curación que se puede acelerar si se hacen las cosas bien o se puede alargar si se hace “el burro”. Una curación orgánica, siguiendo los tiempos de curación, sin atajos, es la única fórmula mágica. 

Consejo 2 

«Olvídate de plantillas, te generarán otro tipo de lesión»

¡Ahí queda eso! Respuesta precisa y categórica. Como he comentado anteriormente ningún método es la panacea, pero tampoco es plan de tirar por la borda una profesión como la podología o los estudios biomecánicos. Según cada caso las plantillas serán efectivas o no. Todo pasa por tener un buen diagnóstico y confiar en buenos profesionales. A mucha gente no le habrán servido, a muchas otras le habrán curado una lesión. Una respuesta más correcta seria decir: Si realmente nada ha funcionado y sigues con el dolor, busca un buen profesional que te aconseje si las plantillas pueden ayudarte o no.

Consejo 3 

«Estirar, estirar y estirar después de cada sesión de correr o bici. Uso de roles, ejercicios con los pies descalzos de propiocepción y core. Dejarás de lesionarte. Las plantillas no sirven de nada si tienes un desequilibrio muscular»

Bueno, esta contestación tiene más fundamento. Esta persona habla de estiramientos, de ejercicios de propiocepción y de fortalecimiento abdomino- lumbar. Todo esto forma parte de un programa de prevención de lesiones que, desgraciadamente, muy poca gente hace. Todo corredor “serio” debería realizar dos o tres mini- sesiones de prevención a la semana de una duración de 10-15 minutos. Con eso es suficiente para evitar muchas lesiones. 

De todas formas la pregunta era sobre como curar una lesión de la cintilla, no de como prevenir lesiones. Rara vez una lesión ya instaurada llega a curarse con estiramientos y sin la ayuda de un fisioterapeuta o médico.

Consejo 4 

«Yo tuve esa lesión, y el propio fisio me dijo que el no me podía curar. Es cuestión de tiempo, paciencia, fuerza, estiramientos… pero sobre todo… paciencia, mucha paciencia»

¡Bravo! Antes hemos tirado a la basura la podología y ahora la fisioterapia. Es cierto que muchas lesiones se llegan a curar solas, con tiempo y sin agravarla cada vez que se corre. Pero de ahí a afirmar que un fisioterapeuta no puede ayudar a curar una lesión deportiva hay un largo camino. Estoy de acuerdo que hay que tener paciencia y no buscar milagros de un par de sesiones, pero un buen fisioterapeuta sí que puede ayudar a recuperar una lesión. 

En definitiva la medicina deportiva y la fisioterapia son como la vida misma. Hay buenas y malas soluciones, hay métodos efectivos y otros no tanto, hay buenos y malos profesionales. Es importante no dejarse aconsejar por todo el mundo y encontrar a los profesionales que realmente quieran ayudar y que tengan experiencia.